Capitulo uno: Conexiones opuestas.
Hayle
—Sabía que eras tú la de la galería. —la voz de su amiga la saca del trance que tenía hace segundos.
—Marie, estoy muy cansada. Fueron muchos papeleos el traslado de los cuadros. —cierra sus ojos un momento echada en su cama.
—No te preocupes que soy yo quien las está supervisando.
—¿Cómo es Seúl? —pregunta Hayle con un atisbo de curiosidad.
La breve risa de su amiga se oye a través de la línea y eso la hace poner los ojos en blanco.
—No entiendo porque no has querido venir, si son tus cuadros los que están exponiendo Hayle.
—Tenía muchas cosas que resolver aquí en Londres.
—Pensé que estabas en Nottingham. ¿Qué pasó? —el tono preocupado de su amiga no pasa desapercibido por ella, aunque el problema que estaba solucionando no la hace ser indiferente al contarle a su amiga. —No me digas que es Bryan.
Si, aquel hombre que se la pasaba acosándola o más bien aquel error que ella tuvo en el pasado al haberse enamorado de alguien como él sin saber quién era en realidad.
Fue el peor error de su vida.
—Si es él. —un suspiro de exasperación de su amiga la hace alarmarse un poco porque sabe que es lo que dirá.
—Hayle solo espero que cuando esté de regreso sin tus cuadros porque yo sé que ya estarán vendidos, él no se aparezca porque está vez yo misma me encargaré de él. ¿Te hizo algo?
Ella niega hasta que se da cuenta que no puede ver y solo habla. —No. Ya puedes estar tranquila.
—Muy bien. Oye por cierto no has pensado en poner tu nombre en los cuadros en vez de Moon Smith, no es que no me guste, pero tu nombre sería mejor.
—No quiero que todos sepan que soy yo la de los cuadros.
—No sé si te diste cuenta, pero tus cuadros son famosos en todo el país y ahora hasta exhibición fuera de este tienes.
—No quiero que me reconozcan.
—Está bien. Si eso es lo que quieres.
—Gracias por cuidar de ellos mientras no estoy en el otro lado del mundo.
—Ajá. Claro. Porque yo y tú agente nos haremos cargo señorita pintora que no quiere ser descubierta. —Reprime una sonrisa.
Ama la pintura, su vida era eso y ella no podría estar más de acuerdo haciendo lo que mas quiere. Sin duda era su felicidad y tranquilidad.
JungKook.
—¿Qué quieres? —contesta la llamada y la voz de Hoseok se oye.
—Que humor Jungkook. —el tono divertido no pasa desapercibido en Jungkook quien pone los ojos en blanco.
Camina hasta la sala principal de su departamento llevando en su mano libre un vaso de vermut.
—¿Me dirás o espero a que sea lo que haces? —irónicamente sonríe cuando escucha un suspiro de su mayor.
—Base de datos. Información y vaciar la cuenta de eso se encargará Jimin. Tú trabajo es borrarla y conseguir la información de los pases ilegales de extracción en la planta de mercancía de droga, para donde fue llevada.
—¿En serio con Jimin?
—Si. En eso es mejor que tú.
—Si es mejor que yo porque no lo pusiste hacer solo o mejor aún con TaeHyung.
—Despreocúpate lo de TaeHyung es muy diferente.
—Como sea. Lo haré.
—Sin fallas JungKook. —advierte sacándole una carcajada.
—Nunca fallo, deberías saberlo. —presume meneando el vaso.
—Siempre hay una primera vez para todo.
Sin más cuelga.
Se queda mirando fijamente aquella pintura que compro hace dos años atrás en una breve vista a Londres donde le fascinó el trabajo de la autora en una exposición, aunque el valor fue elevado eso no le importo y pese a que no quería saber nada de pinturas.
Un breve mensaje de texto de la persona que detesta se ilumina en la pantalla de su móvil.
Estoy en mi departamento, necesito compañía. ¿Vienes?
-Jiely.
No responde en lugar de eso sube la mirada en la pintura llevándose a los labios un poco de su licor.
Observa la firma y el nombre y una sonrisa ladeada se apodera de su rostro.
Pero algo en él se sentía melancólico y dolido. Jamás volvería tocar a un pincel, no volvería a pintar. Odia hacerlo, sin embargo, aquel cuadro que tenia al frente lo hacía sentir en paz.
Hayle
Abre su closet sacando una blusa floreada mientras la pone en la cama junto a unos jeans y unos zapatos de vestir mientras se seca el cabello.
No mintió cuando dijo que tenía cosas que arreglar en Londres antes de volver a Nottingham. Problemas que tenían nombre.
JungKook.
Sale con una toalla envuelta en su cintura yendo directo a por su ropa.
Una camisa blanca de manga larga, muy pocas veces solía vestir así, el pantalón negro de vestir y los zapatos acordes a la ocasión.
Tenia un lugar al que ir antes de hacer el trabajo que le encargaron.
Hayle.
Sostiene su gabardina en sus manos mientras cuelga en su hombro una pequeña cartera para salir del pequeño departamento y tomar un taxi.
JungKook.
Sostiene su chaqueta negra mientras coge las llaves de su motocicleta junto a su casco saliendo de su departamento.
Hayle.
Ingresa a un bar donde puede ver a mujeres bailando sobre el escenario, camina y a lo lejos puede ver a su pesadilla y a su miedo rodeado de varias mujeres.
#3008 en Fanfic
#18549 en Novela romántica
#3312 en Chick lit
amor desilusion mentiras secretos, ilegal mafia, pintura perfeccion romance
Editado: 23.04.2022