Planeta Eris: durante la paz

CAPÍTULO 22. ORDEN REAL

Por supuesto que Träd sabía lo que significaban esos resultados perfectos, ella participo activamente en la revisión de esas leyes hace tres años y votó en contra de algún cambio, alegando como todos que aumentar el poder mágico es primordial para la Turf y jamás imaginó que ahora ella se vería afectada por ello. En cuestión de segundos el ambiente se puso tenso, a pesar de la lealtad que la princesa hermana sentía por la Reina no pudo evitar ponerse a la defensiva ante la sugerencia de su hermana, por suerte eran parientes y formaba parte del consejo de lo contrario podría considerarse fácilmente su actitud como traición.

-Es mi esposa...

-Lo sé, podemos aplicar la ley que se aplica con la realeza.

La Reina Ceres no esperaba que la situación llegara a ese punto, jamás pensó que su hermana se pondría de esa manera. No hubo necesidad de palabras o movimientos, simplemente y en un segundo el prana en el ambiente se intensificó y los ojos de Träd cambiaron de color, pasando de los típicos escarlata a verdes, el color característico de un noble de la realeza -es decir, un descendiente de reyes, pero que no heredará como tal la corona-; aunque el poder mágico de la líder diplomática no era tan poderoso como los nobles de Sahasrara, entraba en la lista de los 10 guerreros mágicos más poderosos de Manipura, siendo más fuerte en ese sentido que la Reina, aunque no del Rey. No había una intensión de agresión en sus ojos, solo enojo e incluso el mayordomo de la Reina no se inmutó ante lo que pudiese significar una amenaza.

-Tranquilízate Träd... -suspiró la Reina poniéndose de pie y caminando hacia su hermana.

La joven diplomática cayó en cuenta de lo que había hecho y de inmediato sus ojos volvieron a su color original, había actuado sin pensar y se sintió avergonzada, apretó con fuerza sus puños negándose a aceptar lo que esperaba sería una orden directa de la Reina, apenas llevaba una semana de haberse casado y ahora sería separada de Harts justo cuando sus sentimientos comenzaba por consolidarse.

-No, no lo digas -dijo apenas susurrando.

-Jamás te había visto así por una chica, pero como dije tranquilízate, aún son jóvenes y dar la orden justo ahora sería algo muy apresurado, te dejaré disfrutar de tu vida de casadas por un poco más de tiempo.

- ¿Cuánto?

-No lo sé, lo hablaré con JPa, por ahora lo importante es que tu esposa entrene su don con la magia y aprenda a controlarla -dijo posando una mano en el hombro de su hermana en forma de consuelo-. Sé que es difícil, pero las leyes deben respetarse, tú misma lo has dicho en muchas ocasiones.

Esa fue la sentencia final, no podía continuar discutiendo aquel tema. Harts tenía una habilidad como nunca nadie en todos los siglos de existencia de la Turf Manipura, eran aspectos que no podían desperdiciarse bajo ninguna circunstancia y en ningún ámbito, si Harts no fuera su esposa no dudaría ni un segundo en casarla con un buen guerrero con una calidad en el prana lo más cercano posible a su nivel y que se apresuraran en concebir la mayor cantidad de hijos posibles, sí, eso decía la ley, pero siendo ella quien debía enfrentarse a esa realidad le causo un fuerte dolor de cabeza. Sin decir nada más, salió de la oficina de su hermana y regresó a sus aposentos donde seguramente su esposa la estaría esperando.

- ¿Está bien permitir que sigan conviviendo? -comentó el mayordomo de la Reina una vez Träd se retiró-. Su relación crecerá, los libros sagrados del Yam declaran con seguridad que grandes guerras se han dado por amor.

-No dudo de las escrituras -contestó la Reina con una sonrisa regresando a su asiento-. Conozco a mi hermana, sé que es leal a mí y además, su "amor" por alguien no ha durado más de doce meses, aun continua con la novedad de una extranjera, pero sé que pronto se aburrirá y ella misma vendrá a mí para pedir que anule su matrimonio.

Träd siempre ha sido orgullosa de lo que considera suyo y lo que quiere que sea suyo, es ambiciosa y decidida una vez que ha tomado una decisión respecto a lo que quiere tomar, pero una vez que lo tiene pronto comienza a aburrirse y lo que antes representaba un reto comienza a tornarse en algo simple, es por eso que le encanta su trabajo como diplomática, le gusta el juego previo de formar una nueva alianza. Cuando la consigue deja el resto a su hermana y pide que le asignen un nuevo país; eso mismo aplica también para sus relaciones amorosas, siempre le gustó seducir y juguetear con las personas, muchas veces destrozó matrimonios y relaciones con facilidad, en una de tantas se ganó el odio de su hermano mellizo. Ahora el karma regresaba a ella con la intención de separarla de su esposa, comenzaba a quererla y la admiraba, tenía miedo de enamorarse para luego simplemente perderla y ver como la entregaban a otro, pero también tenía miedo de simplemente rendirse a sus sentimientos y entregarla tan fácilmente, aun cuando no tuviera opción. Pensarlo solo aumentaba más y más su dolor de cabeza, que se irradiaba por toda ella sintiendo que le apretaban su cráneo como si quisiera simplemente destrozarlo con la presión.



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En el texto hay: magia, nobleza, lgbt lesbian

Editado: 27.05.2019

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