CAPÍTULO 7

En sólo un fin de semana Cloe juntó sus cosas y se mudó al departamento de Gonzalo.

El domingo antes de su partida abrazó a Bree y puso en sus manos una taza de café con una galleta esponjosa.

– ¡Eres mi mejor amiga, más que una hermana! –le confesó con los ojos húmedos.

Se habían conocido en la preparatoria y hecho click de inmediato. Tuvieron vivencias alegres y en el momento que Cloe perdió a sus padres Bree la llevó a su casa y la integró a su familia. Más adelante se mudaron a un departamento propiedad de Bree pues Cloe decidió poner en renta la linda casa heredada de sus padres y pagar un cómodo alquiler a su amiga.

– Desde hace algún tiempo te noto diferente. ¡Dime lo que piensas! –pidió Cloe ante la frialdad que percibía en la chica.

Bree respiró profundo antes de hablar.

–No me agrada ver cómo has cambiado. Desde que apareció Gonzalo te estás alejando de todos. Rahui, ErdoSü y hasta los amigos del baile lo hemos resentido. Gonzalo te acapara incluso los fines de semana. Además no nos lo has presentado. Desconfío de ese señor que sólo he visto de lejos. Siempre soñé que cuando mi mejor amiga tuviera pareja haríamos equipo los cuatro. Tú sabes que mi hermano menor aspiró por algún tiempo a ser tu novio y en secreto deseaba que fueras mi cuñada para tenerte siempre en mi vida. Cuando ErdoSü apareció y nos hicimos amigos creí que algo pasaría entre ustedes y de nuevo me hice ilusiones. Sé que sueno egoísta y quizá esté loca por tener esos pensamientos pero es lo que siento.

Cloe sintió una oleada de ternura.

–Amiga querida, no hay de qué preocuparse, hasta ahora Gonzalo ha sido maravilloso. Sé que tenemos  formas de vida diferentes. Él se desenvuelve en una esfera social muy alta, conoce el mundo, es respetado y admirado. No le gusta hablar del futuro y ciertamente no se ha dado la oportunidad de que conozca a mis amigos. Pareciera que me quiere sólo para él pero seguramente poco a poco eso cambiará. Siento que estoy bajo un hechizo del que no quiero salir, experimentando emociones que nunca antes. Tampoco he entrado al mundo social de Gonzalo, lo poco que sé es por comentarios en el hospital o conversaciones con él. Estamos viviendo una etapa en la que deseamos desesperadamente estar juntos. Admito que ha sido un error alejarme de todos y prometo que buscaré equilibrio. Te quiero mucho y deseo que siempre estemos juntas –la abrazó de nuevo.

– ¿Qué sucedió con tu amor por ErdoSü? –preguntó Bree.

–Ese amor sigue ahí pero tuve qué echar encima capas de arena y piedra para no tener esperanza. Es imposible que él no conozca chicas en Finlandia ya que siempre lo asedian y prefiero no pensar en eso.

Bree pensó que sí Cloe supiera lo que ErdoSü sentía por ella no se hubiera precipitado con Gonzalo. Sin embargo no le correspondía hablarle de eso.

Rahui y ella la llenaron de abrazos y la acompañaron a la salida.

El chofer de Gonzalo se encargó del traslado de Cloe y sus pertenencias así que en un abrir y cerrar de ojos llegaron al lujoso edificio.

–Puede dejar las maletas de la dama aquí, alguien se encargará de subirlas a la brevedad –dijo el portero al chofer. Luego se dirigió a Cloe–. El señor Gonzalo ya la espera señorita.

Cuando la chica entró al departamento fue recibida con flores, música suave y un sonriente Gonzalo con dos copas en la mano que la llenó de besos. Inevitablemente terminaron en la cama olvidándose de todo.

Lejos de ahí ErdoSü hacia su quinta video llamada fallida a Cloe agobiado por la tristeza.