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▪Capítulo 9▪

El fin de semana, Asher y yo no podemos estar juntos ni un solo minuto, pues le surgen planes con su familia, la cual me aseguré de hacerle saber que no quería conocer. No con las intenciones que él planeaba.

Un miércoles de nuevo en el instituto. Para ser mi último año y estar a mitad de él, me atrevía a decir que no había hecho absolutamente nada que destacara en verdad. No tenía mucho tiempo para ir de fiestas y si no estaba trabajando, me encontraban haciendo deberes para la escuela. No pertenecía al grupo juvenil que se divertía siempre con sus amigos.

Por eso, mientras me cambiaba de ropa en los vestidores después de clase de gimnasia, me sorprendió como unas chicas que hablaban muy interesadas por algo me incluyeron en su conversación.

—Blair, ¿Qué piensas sobre Hudson? ¿Te lo tirarías? —Betty, unas de las chicas de mi clase, preguntó con una ceja alzada.

—¿Quién es Hudson? —pregunté sin comprender.

El grupo de chicas se rieron entre sí y después me desaprobaron con la mirada. Un gesto que ignoré por completo.

—Comparte un clase Asher, ¿cómo no lo puedes conocer?

—¿Cómo conocen ustedes a los compañeros de Asher? —me crucé de brazos. Estaba segura que ella no entendió mi sarcasmo por la cara que hizo.

—Qué graciosa eres —la pelinegra entrecerró los ojos con falsa amabalidad e intentó volver a explicar, suspirando—. Hayes no solo destaca por ser compañero de tu novio, ¿sí? Es muy popular en la escuela.

Oh, mierda. Aquí íbamos de nuevo.

Gruñí por lo bajo, para mí misma, meneando la cabeza. Está bien, el Hayes que yo conocía no podía ser el único Hayes en toda la escuela, ¿verdad? Conocía mi suerte para saber que no era tan mala.

—Su cabello es tan rebelde y perfectamente ondulado —exclamó otra de las chicas como si se imaginara tocándolo.

—Y es tan varonil. ¿Has visto sus músculos? —dijo otra y yo recordé de inmediato a lo que se refería.

Los conozco mucho mejor de lo que crees.

Y esos ojos son tan... ¡ah! —aquella chica hizo un gesto bastante extraño con su cara.

¿La gente así en verdad existía?

En definitiva no me interesaba seguir siendo parte de esta patética charla. Por lo que intentando ser lo más discreta posible, me retiré lentamente de aquel bulto de acosadoras adolescentes.

Tal vez podría no destacar en la escuela. Pero por lo menos no sonaría como una loca desesperada a punto de graduarse.

Las chicas ni siquiera notaron mi ausencia, estaban muy ocupadas soñando en su propio mundo. Ya en los pasillos, me encontré a Lily recostada sobre su casillero charlando animada con uno del equipo de básquet de la escuela. Ella le sonreía coqueta mientras enredaba uno de sus rizos en su dedo. Clásico de Lily.

En cuanto me vio, se despidió del chico dándole un beso en la mejilla con tranquilidad. Y cuando este se encontraba lo bastante lejos, soltó su entusiasmo mientras pasaba su brazo por mi cuello.

—¿Ese era Louis Thompson? —le pregunté solo para aumentar su emoción.

—Hazme un favor —asentí—. Date la vuelta y dime si no está mirando hacia acá.

Hice lo que me pidió y sonreí cuando volteé a ver.

—Acaba de meterse en el baño de hombres —le contesté con gracia. Ella se despegó de mi cuerpo y empezó a dar pequeños saltos de alegría. Entonces caí en cuenta de algo.

Ella era la única adolescente hormonal a la que podía soportar.

—¡Acaba de invitarme a salir hoy! —me comunicó con una sonrisa plasmada en su rostro.

—Creí que iríamos al cine —le recordé los planes que ella misma había hecho.

—Lo sé, perdóname. Pero estuve pensando —dijo haciendo énfasis en la última palabra y pasando sus manos por mis hombros—. ¿Hace cuánto Asher y tú no tienen una cita?

Hice memoria. Había pasado solo una semana desde que él y yo habíamos ido a un bar y terminamos en su departamento. No fue una cita en sí, pero podía definirse como una salida de amigos. Habíamos conversado y pasado bien, ¿eso contaba, no?

—No tengo idea —me respondí en voz alta. Y sin pensarlo, le había dado una respuesta a Lily.

—Ustedes deben pasar más tiempo a solas para mantener... lo que sea que tengan. Que por cierto no lo entiendo, ¿qué hay entre tú y Asher?

—Tú mejor que nadie lo sabes —expliqué con cansancio.

—Blair, no es...

Mi teléfono sonó con la melodía alta, interrumpiendo lo que sea que la morena estuviese a punto de decir. Le pedí que me diera un segundo para contestar.

—¿Hola?

—¿Blair? Soy Merl —dijo la voz al otro lado de la línea. Mis boca se frunció mientras a mi lado, esperaba que Lily no hubiera escuchado ese nombre.

—¿Qué tal estás, borrachito? —le pregunté con tono de burla y alejándome un poco de mi amiga, la cual no demostró mucho interés.

—Deja ese apodo, por favor.

—Ni lo sueñes —hubo un suspiro corto.

—Me preguntaba si tenías planes para esta tarde. Podrías vernir a mi casa —iba a abrir la boca para responder pero se de adelantó—. Y no pienses mal, no seremos solo nosotros, vendrán algunos amigos y chicas, puedes traer a Asher o...

—¿A Lily? —completé por él, burlona.

—Solo es una sugerencia.

Sonreí aunque Merl no pudiera verme. A mis espaldas se encontraba Lily revisando su celular mientras me esperaba para ir a comer algo. Aunque me encantaría llevarla y ver lo que hubiese ocurrido si se encontraban de nuevo, no iba a poder ser posible.

—Lo siento, campeón. Ella ya tiene planes para hoy —admití.

Si Merl se había entristecido por la noticia, ni siquiera se notó.

—No importa. Pueden venir ustedes dos si quieren, será como una pequeña fiesta —sonó más animado de lo que esperaba, por lo que no pude negarme.

Merl me dio la dirección de su casa y después colgó diciendo que esperaba que vayamos. Recordé la propuesta de Lily, ¿hace cuánto Asher y yo no teníamos una "salida de amigos"? Porque esta parecía ser una buena oportunidad.



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En el texto hay: adolescentes, humor, romancejuvenil

Editado: 10.08.2020

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