Capítulo 25

Dos semanas después...

Finalmente, se encontraba frente a las puertas de una nueva etapa. La universidad le causaba curiosidad, aunque también miedo... Si de por sí le era difícil hacer amigos, al menos esperaba no morir sola todo el año.

Iba a seguir cuestionándose, en cuanto sintió unas manos envolverse sobre sus ojos y tapando su visión. Su corazón se aceleró en anticipación, y quitó suavemente esas manos.

Algo le decía que le eran familiares.

—¡Yuqi! —exclamó tras dar media vuelta y encontrarse con su mejor amiga.

Se abrazaron fuertemente. Al alejarse, Misuk tocó los cabellos de su amiga y la miró con una ceja alzada.

—Lo planchaste —señaló.

—Sí, quería probar algo nuevo —le dedicó una enorme sonrisa—. Vine porque sabía que no ibas a sobrevivir sin mí.

Misuk rió y la codeó.

—Ya, en serio, ¿por qué estás aquí?

—Yo quería entrar a esta universidad, pero no tenía dónde quedarme —suspiró—. Me enteré hace como medio mes que habían abierto unos dormitorios aquí, por lo que inmediatamente me preparé para el examen y pues... encomendándome a Diosito y durmiendo a penas media hora por algunos días, lo pasé.

—Eso quiere decir que...

—Desde antes de la graduación ya tenía planeado venir aquí, tuve la oportunidad y lo logré —se encogió de hombros—. Ahora tendrás que lidiar conmigo por algunos años más.

—Bueno, espero poder soportarte.

Ambas rieron con voz alta. Los estudiantes que ingresaban las miraban extrañados, otros molestos, y el resto divertidos.

—No sabes lo difícil que fue no arruinar la sorpresa el día de la graduación. ¡Ahora debemos dominar esta institución!

Misuk rodó los ojos con una sonrisa.

—Ya no pienso ser la Chica Consejos. ¡Ni siquiera puedo solucionar bien mi vida!

—Shh, por eso estamos en camino —Yuqi la silenció, mientras comenzaban a caminar por los pasillos de la universidad—. Además, eres buena dándole consejos a los demás. Tal vez no a ti misma, pero de que tienes un raro talento, lo tienes.

—¿Gracias?

—De nada —miró a su alrededor. Una vez encontró lo que quería, sonrió—. Esas personas se ven agradables —dijo con los ojos puestos en un chico de ojos grandes, acompañado por otro con cabello en forma de bellota y una chica de cabellos sumamente despeinados y ondulados, que parecía casi haber venido en pijamas.

—Yuqi, no creo que su apariencia nos pueda decir si son agradables del todo.

—Yo sé, mi detector de personas agradables me lo dice —aseguró confiada antes de comenzar a acercarse a ellos.

Misuk la siguió nerviosa.

—Hola, un gusto, soy Yuqi y ella es Misuk —presentó a ambas—. Por cierto, tu cabello es lo máximo.

La chica miró a sus amigos y los tres sonrieron.

—Gracias, deberías probarlo algún día —rió—. Soy Hara, ellos son Taehyun y Beomgyu. Les presentaría a Sihyeon, pero ella no se puede estar quieta. Seguro ya está haciendo más amigos.

—¿Es muy sociable? —preguntó ahora Misuk con genuina curiosidad.

—Sí, a veces no podemos creer ser sus amigos cuando somos todo lo contrario —habló aparentemente Taehyun.

—Suena interesante —Yuqi sonrió—. ¿Qué opinan ustedes de formar un grupo con nosotras?

—¿Un grupo? —preguntó Beomgyu curioso.

—Verán, esta chica aquí a mi costado es buena dando consejos; yo soy un caos andante, ¿no creen que sería caótico un grupo como el nuestro?

Hara rió.

—Bien, tengo que admitirlo —habló Taehyun—. Yo soy el ñoño del grupo, Beomgyu es la ternura y Hara la despistada. Sí, sería caótico.

Misuk no podía creer que su vida en la universidad había iniciado de esa forma tan rara. De igual forma, no podía quejarse. Beomgyu, Taehyun y Hara sin duda eran muy agradables. Después, esta última les presentó a Sihyeon. La chica parecía ser la más popular de la universidad.

Misuk sonrió al recuerdo de nuevamente tener cerca a alguien muy popular. Sintió un poco de nostalgia.

—¿Ocurre algo? —preguntó Beomgyu con cierta preocupación.

—Oh, perdón, no es nada, solo recordaba algo —lo tranquilizó.

Esperaba poder formar una bonita amistad con ellos.

[...]

—Te lo dije, mi detector nunca falla —Yuqi presumió.

Se hallaban saliendo por fin de la universidad después de su primer día. Había sido muy agradable todo, y Misuk no podía estar más que satisfecha.

Aún cuando todavía había un vacío y ligero dolor en su corazón.

—Lo admito, tenías razón —respondió Misuk.

De repente, Yuqi dejó de caminar.

—Rayos, olvidé mi cartuchera —bufó rodando los ojos—. ¿Podrías esperarme? No demoro.

—Claro, no te preocupes.

—Bien, ya vuelvo.

Esperó con su mirada dirigida al frente, posada en la entrada. En serio sentía vergüenza por sí misma, por estar esperando que ocurriese algo tan improbable.

Más aún después de romper su corazón de esa forma, y de que oficialmente se habían despedido.

—¿Qué estarás haciendo ahora? —preguntó en voz alta. Sonrió con una mezcla de diversión y nostalgia—. Seguro de nuevo eres el galán de la universidad.

Sintió una presencia detrás suyo, y suponiendo que se trataba de Yuqi, iba a dar media vuelta.

Nuevamente unas manos se posaron sobre sus ojos; se congeló en su sitio. Su corazón volvió a agitarse, pero esta vez...

Pensaría que se trataba de Yuqi, de no ser porque reconocía esos dígitos a la perfección.

Ese tacto que tantas veces había tocado su rostro... Apartó esas manos suavemente y dio media vuelta, sintiendo todo a su alrededor detenerse. Taehyung estaba allí, sonriéndole en grande y con sus mejillas ligeramente sonrojadas.

Misuk sintió sus ojos humedecerse. No creyendo que se trataba del mismo Kim, acercó sus manos acariciando su rostro. El chico se estremeció al sentirla y puso sus dedos sobre los suyos.

—Eres tú... —dijo Misuk alejándose sin comprender del todo—. Realmente eres tú. ¿Pero cómo...?