CAPITULO 3

Liberación.

Ébano.

La noche era cálida y placentera. Estábamos observando como las personas importantes en los negocios de la familia ingresaban en el bar, hombres de trajes, relojes costosos con sus mujeres, vestidas con ropa ajustada que se apreciaba sus curvas, zapatos altos y maquillaje llamativo. Traían maletas llenas de dinero para los juegos conocidos del azar, un juego no muy prometedor si no tienes la aprobación del universo o la vida.

Evan y yo nos colocamos las máscaras negras, él tenía un traje a talle gris muy atractivo, su perfil perfectamente estructurado atraía, mostraba lo que la familia Yilmaz heredaba, control y poder.

-Por aquí jóvenes. - el sirviente nos guio hacia la segunda planta, mi hermano apoyo su mano en mi cintura acercándome a él. Su aroma a perfume masculino era exquisito.

En la mesa estaba mi hermana con un vestido no muy ajustado esmeralda, simple pero una tentación para los ojos de los hombres. A su lado estaba su marido y la hermana de él. Su seriedad era temerosa, su rostro rudo, sus mandíbulas tensas todo el tiempo solo te alejaban de ellos. En el medio de la mesa tenían una de las bebidas más caras del bar.

Vodka Russo-Baltique, conocido para atraer a la realiza rusa, magnate. La botella estaba hecha de oro y plata con incrustaciones de diamantes, su precio era el doble de lo que costaba el bar. Era la bebida que la familia Federovo solo consumía en momentos importantes como la cena de cada noche.

-Pero si son mis nueros preferidos - Arman alzo los brazos fingiendo un regocijo.

-Y los únicos que tienes, Arman - Evan me acerco a la mesa que tenía una luz roja muy provocadora. Él se sentó a mi lado y no le saco la mirada asesina a mi hermana.

- Con Vivenka te brindamos nuestro apoyo y felicidad en tu liberación, Ébano. - Vivenka solo asintió fingiendo su cara de disgusto, ambas no nos soportábamos y no éramos hipócritas ocultándolo enfrente de los demás. - Con mi dulce esposa seremos unos espectadores eufóricos, tenemos las rosas necesarias para mostrarte nuestra aprobación.

-Gracias, Arman.

Evan suspiro cansado, se levantó y se acomodó el traje, estaba distante y no le quitaba la mirada de odio a Zerrin desde que se sentó a la mesa.

-Si me disculpan, tengo que ir a hablar con unos clientes de mi padre y... - miro a Vivenka. - Me gustaría que una hermosa mujer me acompañara. - estiro su mano hacia ella, mi cuerpo se tensó al ver esa actitud de él.

-Sería un honor. - le dio una sonrisa coqueta, se levantó dejando apreciar su vestido pegado al cuerpo rojo carmesí. Evan cruzo su mirada con la mia, pero solo le refleje el deseo impulsivo que tenía reservado en mi cuerpo, matarla y ver como se le acaba el oxígeno.

-Ya vuelvo. - me beso la mejilla y se alejó de la mesa junto con la chica del vestido ajustado.

Me serví mas del vodka y de un solo trago me lo terminé, sentí su fuego en mi garganta, un fuego que no se parecía al mío al ver las cosas que hacían Evan frente a mí.

-Cariño, necesito ir a retocarme el maquillaje. - Zerrin alzo su pequeño y delicado sobre de PRADA. Le dio un ligero beso en la boca a su marido y se dirigió hacia mí. - Ébano, acompáñame.

Podía leer entre líneas, sabía que vendría un sermón de su parte para cumplir la tradición de la liberación como debía ser. Entramos al baño de damas, las luces blancas sobre los grandes espejos relucientes dejaban que vieras hasta el mínimo detalle. Zerrin quedo enfrente del espejo mirándome por él.

- ¿Hasta cuándo seguirás con esto, Ébano? - saco el labial rojo mate de su cartera. - No intentes negarlo ahora hermanita.

-No sé a qué te refieres.

-Puedo fingir que soy ciega, pero no me trates como tonta. - corto un pedazo de papel y apretó sus labios carnosos en el sacando el exceso de labial. - Se tu amorío con nuestro hermano.

Su sonrisa era traviesa y orgullosa, pero yo no tenía esa misma sonrisa. Solo sentía como el corazón empezaba a latir más y más rápido.

-Solo te diré que empieces a controlar tus celos, pasaran a ser tóxicos. - arreglo sus largas pestañas negras. - Él se casará con Vivenka y lo sabes perfectamente. Aléjate de Evan.

Su mirada era siniestra, no era un consejo de hermanas, era una amenaza que si no cumplía tendría no solo consecuencias por mi familia, tendría un castigo divino por la persona que tenía enfrente. Guardo sus cosméticos en el sobre de nuevo. Se acomodó el vestido y paso al lado mío, estaba por salir del baño, pero la detuve.

- ¿Qué le sucedió a la hermana con la cual me crie?

- Esta enterrada en el cementerio junto con la Ébano que no le metería la lengua en la boca de su propio hermano.

Me dejo perpleja en el baño, reclamaba una persona del pasado sin saber que en ese mismo pasado también había muerto una parte de mí.

-Hija, tienes que prepararte. La ropa está en la sección VIP, puedes vestirte ahí. - solo asentí recordando las palabras que acababan de decirme y me habían lastimado. - ¿Qué sucede, tesoro?

Sentí el calor de las manos de mi madre en las mejillas, alcé la cabeza mirándola a los ojos. -Solo son los nervios ma. Mejor me voy a vestir.


 

Persona anónima.

-Estén atentos a cada movimiento de Aslan. No saquen sus ojos de el ni de sus hijas. - exclame con firmeza. - Si volvemos con las manos vacías quiero al menos tener que asistir a uno de los funerales de esa familia. ¿Escucharon?

- ¡Si capitán!

-Capitán, ya el soldado David está en la entrada. Tiene habilitado ingresar. - la voz de mi compañero se escuchó desde el comunicador que traía encubierto en mi oído.

-Entro.

Acomode mi corbata y mis gemelos. El reloj mostraba elegancia y la hora donde empezarían los gritos, disparos y combate. Guarde mi arma atrás de mi espalda, agarre la maleta llena de euros.

Camine hacia la entrada del bar. El cartel neón fuera del bar era llamativo y mucho más por su nombre "Crimson Bar"