Desde el Emperador, tremendo y falaz, hasta Venus, arrasadora.
La Araña se cierne espléndida, Elena y Paris, lucen hermosos.
El invierno invade la ciudad, el ángel me vigila. Los coros celestiales emiten cantos sempiternos. Lucifer se vanagloria.
El rey extraño, la medusa de ojos vacíos, la mantis religiosa que corta la cabeza después del acto sexual. Hedda Gabler, altiva y hermosa, se suprime para no acabar vieja.
El Fausto de Goethe, las Iluminaciones de Rimbaud, El villano de Bukowski. La estrella, la sirena, Eva y Greta, Renato y Mariana Corcuera, Lucien, Tessa y Leo. El vampiro energético. Ana: Ana Karenina, Ana de Armas, Ana Leguina. A Juana de Arco le habló Miguel Arcángel.
El sueño, podría dormir siempre. Hamlet atormentado, un adonis caído, un Lord Byron moderno.
El manicomio, la fragmentación del ser, una sexualidad exacerbada. Deseo de penetración, varones y felaciones. El capricho de ser yo mismo. Un bello rostro, un cuerpo hermoso. El Edén.