Debra Verdirame es una galerista exitosa, pero tenía un marcado defecto; combinar analgésicos con alcohol. Resultado del trastorno límite, su única compañía era su compañero de habitación Mariano. El solo esperaba una oportunidad para entrar en la vida de Debra, ella le llevaba 7 años, era una mujer experimentada y este un joven emprendedor. Podía elegir entre los centenares de hombres que había en la fila del supermercado, pero este chico le ofrecía lo que ninguno le oorgaba, paz y comodidad. Se sentía bien a su lado.
La expareja de Debra, Orlando, había regresado, de un viaje de descubrimiento y exploración. O por lo menos eso le había dicho él a Dbra cuando se fue. Esto la tenía fuera de sí. Pero intentaba ocultarlo, con una de sus tantas máscaras. Y sí, Debra, había amado mucho a Orlando, pero el hecho de haberla dejado sola, hizo que su amor se terminara.
Debra es el sol
Mariano es la vida
Orlando es el orden del caos
Algún día en vida o muerte el padre de Debra le pediría perdón por lo que le hizo. Por eso ella se volvió una neurótica, prefería estar lejos de su padre, pero el retorno era inevitable.
Debra era bellísim, era una rosa.
Pero no pidas una rosa si no vas a aguantar las espinas. El carácter irascible de esta, la hacía tener poco contacto social. Como un diamante exclusivo.
Mariano y Orlando estaban dispuestos a pelear por ella, Debra Verdirame es caprichosa, un día podría decir -te quiero- y al otro olvidarse de lo mismo.
No quería que decubriesen a la verdadera Debra por miedo al abandono, es violenta, sobretodo en sus cinco sentidos, con disturbios mentales y emocionales encima. De hecho el alcohol lo que hacía era calmar su sistema. El problema es que era adicta a los barbitúricos y no sabía consumir alcohol. Antes había recurrdio a sacar armas blancas que llevaba en el bolsopara amenazar a la gente por la que se sentía agredida, pero ya había aprendido que podía defenderse sin ellas.
Había empujado y agredido gente, sobretodo en el subterráneo o en la calle. Asimismo, su personalidadhabía cambiado mucho, era más centrada y podía sentirse esa serenidad. Debra se había encontrado a sí misma.