El hombre pequeño se sentaba frente al alféizar a contemplar el mundo, determinado a conquistarlo cuando fuese grande. Pasó el tiempo y el hombre pequeño creció tanto tanto que se abrazaba las piernas solo para permanecer sentado junto a la ventana. Era tan grande con el paso de los años que nunca más pudo cruzar la puerta.
14/05/20
No un poema, más bien microcuento exteriorizando el temor a envejecer sin haber hecho todas las cosas que quiero hacer. Quizá para otros tenga un significado más. Es la belleza de las palabras.