Las flores no piensan, no sienten, no viven.
Qué dicha ser flor, existir sin preguntarse:
Qué pequeño es el mundo y grande el vacío.
Pero ya ves que, sin saber, hasta las flores mueren,
Sin dolor, quizá, sin miedo, tal vez, yo qué sé.
Qué sé yo de ser flor, qué sé yo de su silencio.
Las flores no piensan, digo yo, con envidia, con tristeza,
Porque siento, porque pienso y porque vivo
En un mundo pequeño pero con un gran vacío.
19/05/20
Envidiamos la vida de los demás sin tener una pizca de idea sobre lo que ocurre en realidad con ellos. Cuesta, pero hay que aprender a ser felices viendo hacia el interior.