Profesan que la perfección llega con el amor
No obstante el tiempo devora los finales felices
Cuantas coyunturas acaecerán por esperar
Cuantas eras necesitara para amar.
El tiempo es muy tardo para los que gestan
Se amedrentan mientras sufren
Se regocijan pero no aman en el paraíso.
Otros atisban el crepúsculo
Se embelesan de los bruñidos rasgos
Como el manejador de su títere
Como el adiestrador de su león.
Es un pecado besar al demonio
Como lo fue amar al mismo infierno
Pues no cuesta el escarmiento
Si la lumbre ya ha destruido el trigo.
Como amarla cuando se aniquila
Sus labios dulces a pesar del amor agrio
Afán por el zumo del desliz
Como la lozanía de la precipitación.
El lustre del exorbitante lucero
Semblante al proscenio y su vigor
Mirada por mil ojos
Pero solo un enamorado.
Cuantos más acaecerán a percatarse
Cuando el día se robó la noche
Y esta se enamoró de su ímpetu opacidad
Son almas ávidas cristalinas por el abismo.
Rutilante como la primavera
Frigidez como la cellisca
Cuantas noches habrán de trasponer
Hasta que se vuelvan las discordias del amor.