Destruido por mil luceros
Arrasado con las llamas
Siendo un agro hostil
Como un mortal sin órganos.
Descubrí los ojos como algún día
Gimoteaba por no desear olvidar
Sería el postrero día de mi alma
Por ser el prístino de mi vida.
Mire a mi madre como un preludio lozano
Transfiguro de rostro con rostro
Así como he permutado de época
Un millar de oportunidades salvo uno.
El alud consentía hender a los rayos más raudos del sol
Él éter se incorporaba en el interior del espécimen
La sangre corría a través de su cuerpo
Y sus ojos vieron por última vez a su amor.