He de mirarlo discretamente
Entre las umbrías ramas
Y las albarradas silenciosas.
He de cautivarlo
Con el rumor del viento
Y la auditoria al divisarlo.
He de hablarle
Con la armonía de los violines
Y las hojas del árbol al penderse.
He de besarle
Con la ternura del sauce
Y el corazón liado.
Nunca ha de encontrarme
Nunca ha de conocerme
Nunca ha de amarme.
Por mi pequeño secreto
Por mi oscuridad dilucida
Por el periodo decreto
De la albufera con su conjetura.
Mirare sus cabellos moverse
Mientras patina por los aires
Pues el tiempo converge
Con la tierra de mis pasiones.
Sé que lo venero
Pues es mi exiguo secreto
Que he de solapar por cordura
A esta alma inhóspita.