Un estúpido bicho
acaba de morir en mi café,
lo he sacado
pero me sigo bebiendo el café.
Afuera en la calle se han escuchado disparos
y yo sigo bebiendo mi café
mientras escribo poemas
en un cuaderno que lleva de portada
a un tal clemente
otro político absurdo
con sed de dinero.
Los perros ladran
y la vela que me da luz
se consume,
la oscuridad me rodeará pronto
es mejor que termine este poema.