Los poetas han escrito infinidades de las rosas, pero muy pocos conocen su alucinante secreto, fueron creadas para envidiar tu aroma y competir en directo contra tu perfume
El perfume del deseo que me incita en tu cuello, me invita a ser esclavo de tus soñados besos
Cuando siento en el viento tu dulce fragancia, mi alma vuela, el dolor no se siente, mis latidos se derrochan por complacerte
Cuando me veo besando la comisura de tus labios, tu fragancia me embriaga hasta cerrar los ojos y vivir el momento soñado en tus brazos
La hermosa sincronía entre tu aroma y tu cuerpo atrofia mi mente, obstruye el pensamiento, desborda las ganas y corrompe el sentimiento
Déjame soñar, quiero vivir, quiero fantasear que entre tu cabello estuve y presumirles a las rosas cuan perfecto es tu perfume.