Anoche soñé con ella, con el tacto de su mejilla, me sentí en casa, como si nunca me hubiese marchado
Soñé con ella, que sentía de su boca la dulzura, que la abrazaba y me cubrían completamente sus brazos, que mi rostro buscaba sus manos, que su aroma y su voz me servían de analgésico
Soñé con ella, con sus pasos y saltos alegres, con su mirada serena y pensante, sus pecas y lunares estaban donde los dejé la última vez
Soñé con la forma de su sombra, con su risa, con el jugueteo entre sus ojos y sus pestañas ¡Dios mío! ¿Qué tanto puede doler su lejanía?
Soñé que la volvía a ver y me sonreía y que era bonito el color del suéter que llevaba, van Gogh se habría sentido feliz al verlo
Soñé con ella, no sé si era pesadilla, sueño feliz o cuento de fantasía, lo que importaba es que era ella, lo importante es que estaba ahí
No le reprocho su aparición repentina, tampoco que me haya ilusionado de nuevo, mi único motivo de queja es que se haya marchado tan pronto y me haya permitido despertarme…