Poemas Escritos por la noche y el vino

Cartas al viento

No hay palomas mensajeras de noche, o por lo menos en el lugar del mundo donde te escondes, tan solo a unos pasos de donde mis pensamientos te esperan a que salgas de casa a tomar aire

Sé que el viento viaja rápido, más rápido de lo que me gustaría, así puedo sentir tu fragancia un rato más, pero me gusta que sea rápido así te llegan mis palabras más deprisa, pero sin estar cansadas

Le pedí de todas formas al viento que llegase mañana, así espero y deseo que cuando lo escuches susurrando confundas mi voz con la de un de esos pajarillos de los que llegan a recibirte cuando sales a ver el cielo y las flores y sonrías

O incluso, que el cielo sonría cuando sales a verlo, dichoso el, que puede verte directo a los ojos sin disimular y tú le correspondes la mirada y él puede ver tus estados de ánimo y tus bostezos matutinos, y tus risas cuando hay sol, y tus sollozos cuando llueve y te hace mal

Le pedí al viento que te acomodase el cabello después de hablarte de mí, que mantenga secos tus labios para poder desear refrescarlos con un beso, e imaginármelo y escribirte más cartas

Le pedí que con cautela te rosara la mano, para que entiendas que les hacen falta a las mías, a mis manos le hacen falta tus mejillas, y tu cabello, y tu otra mano, y tu cintura

Hay cosas que se escriben en la piel de los árboles, y siempre estará ahí escrito, y los sentimientos estarán ahí, justo de pie al lado del árbol

Yo te susurro y te mando las cartas con el viento para que sepas que, aunque a veces sea breve, frio, y me marche rápido, mis palabras volverán a buscarte con la voz de un pájaro donde sea salgas a tomar aire y el cielo dichoso llegue a mirarte a los ojos y sonreírte…




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