A mano izquierda
A mano izquierda escribí este poema;
pero mi letra ya no se entendía,
un intento fallido que con torpeza
mis ojos casi ni entendían.
Aquí he escrito un garabato,
un garabato que producía temor.
Tanto miendo generó de inmediato
que mi traductor lo regresó.
Mis amigos no lo creían
y mi corazón a matarme procedía.
Mientras mi mente inaudita
a la muerte perseguía.
Así mi editor no editaría
y mi jefe no me pagaría.
Todo mientras me preguntaría:
¿por qué con mi mano izquierda escribía?
Con la derecha
Mi mano izquierda daba temor
así que escribí con la derecha mejor.
Todo en esperanza de escribir algo
que fuese de mi agrado.
Y el milagro ocurrió
mi letra se entendió.
Una escritura angelical
que todo mundo quería recitar.
Más mi pesadilla regresó:
mis palabras solo infundían temor.
Pero mi letra de Plasmador
a terminar me cegó.
Al final entregué mi trabajo
entre lágrimas de dolor,
mientras mi jefe me dijo:
"Serías perfecto si no escribieras terror."
Me fallaron...
Me fallaron mis dos manos
ellas solo escribían sobre pavor.
Ahora vivo entre desempleados
por que mi poema a todos perturbó.
No sé cómo,
o cuándo comenzó.
Pero al escribir yo
me sale natural el terror.
Y si lo medito y lo pienso,
y ahora que lo pienso y lo medito:
Tal vez mis manos no me fallaron,
si no yo mismo.