Todas y cada una de las noches pensando en ti,
en la maldita ausencia que has dejado entre las sabanas.
En la pesadumbre de este pobre hombre
que se niega a olvidarte.
En los conflictos que llevaron esto al caos.
Y en la desesperación por no perderte;
me perdí a mí.
Sigo torturándome
aquí
mientras espero
a que vuelvas.