Soy un demonio,
o tal vez mi mente lo es.
Voz perturbadora de palabras verdaderas.
Atracones gusto a pena,
vómitos verborragicos de cuchillas.
Me consumo cual cigarro en cada respiración.
Ya no busco compasión,
busco padecimiento.
Reflejos de los actos proyectados en mi ser.
Ser que proyecta un acto teatral como un reflejo para ellos.
Si el demonio puede seducir y luego desaparecer,
eso es lo que pretendo ser.
Porque tal ángel alguna vez fui,
pero Lucifer siempre el más hermoso fue.