He conocido la gracia en la curva de esa sonrisa, de esa sonrisa que florece en tu rostro, en ese rostro adorado. Te miro y mi mente grafica en la imaginación la sensación de las yemas de mis dedos acariciando tu piel, si tu piel, esa piel que resguarda la grandeza de tu ser.
Escúchame princesa, tu cuerpo no sólo desencadena deseo sexual, porque eres la sensualidad vestida de persona, eres el calor y frío personificado en niña y mujer. Tan inteligente como hermosa, tan loca como cuerda, bendito sea aquel que desvista tus inseguridades y te lleve a la cima de la gloria. La gloria, si de ahí tú has venido, de esa tierra lejana en donde no existen las imperfecciones ni mucho menos las inseguridades, jamás creas que no eres preciosa, y que tus rayas de tigresa son marcas horrorosas, ni que las cordilleras de marcan tu piel son pozos de poca honra.
Loco aquel que pervierta tu inocencia y no sepa que está desperdiciando amor, así que recuerda princesa de mis ensueños, habrá muchos que querrán tocar tu cuerpo y pocos que anhelarán conocer tu ser, esa es la diferencia de quienes te quieren para los sueños y los que te desean en su realidad. Sé paciente en la espera, eres eterna e inolvidable, no un objeto utilizable. Pues así eres tú, una chica ingobernable.