Poesías cortas

Lo que se cura

Tengo algo que contar y no sé si hacer uso del verso o de la prosa. Bah! Eso no importa… total son pocos los que encuentran consuelo en casos como estos, tal vez es por eso que existe tanto sufrimiento, ya que no somos incapaces de sembrar las palabras de los otros, sólo las tomamos y arrematamos contra el suelo.

En todo caso comenzare con esta ventura, todo comenzó cuando algo extraño comenzó a crecer en el cuerpo, causaba más angustia que dolor, debido a ello nació la determinación de ir al doctor.

En la sala de espera, donde la espera se agrava más que la enfermedad se me dio estas palabras que sé no las he de olvidar. Lo raro de estos lugares, es que las personas esperan tus historias, piensas que se preocupan por ti, pero, no seas tan iluso, sólo buscan aplacar la angustia que los trajo hasta ahí.

Así fue como hice uso de la palabra y me abrí, entonces ella (porque era una mujer la que me escuchaba) acertó a decir: Han pasado ocho años desde que eso comenzó a crecer dentro de mí, sabía que no era normal, pero, ya que no causaba dolor me acostumbré a vivir con él. Más, cada día el remordimiento me apoderaba de mí, entonces me armé de coraje, el mismo coraje que hasta hoy me trae aquí.

Habían detectado en mi pecho izquierdo tumores pre cancerígenos, claramente me asusté, empero aprendí a dejar atrás a aquello que me enfermaba y caminar hacia adelante para encontrarme con una versión más fuerte y hermosa de mi misma, de lo que jamás imaginé

Yo sé que estás asustada, pero, ten en mente que tienes la ventaja del dolor, porque todo aquello que duele está destinado a sanar, como aquello que está roto algún día se compondrá.

Así como el sabor amargo de un amor fallido desaparecerá, aunque todo te parezca oscuro ahora, recuerda que después todo se aclarará, porque un paso va tras otro, aquel paso que te llevará a otro puerto, otras personas, otras emociones y otras ilusiones.

Es tu alma liberando el exceso de peso, es eso lo que pasa cuando los grifos de tus ojos dejan hecho un mar en tus mejillas, en ese mar donde las decepciones, los desamores y las desilusiones se ponen a nadar, deja que se vayan, no los necesitas ocupan demasiado lugar.

En tu desasosiego levanta la mirada a las estrellas, aprende de ellas, que, aunque estén solas en el cielo no dejan de brillar, utiliza la soledad para tejer tus alas y extiéndelas sobre tu mar.

Aprecia el conticinio de la espera, así cuando llegue el alba ya no sepas dudar.

Esa es la ventaja del dolor, porque te deja claro que algo anda mal, no, así como los amores tóxicos que envenenan tu alma y no te dejan ver con claridad. Piensas que, aunque no esté bien tampoco está mal, prefieres vivir en las arenas movedizas de las peleas que lanzarte a altamar.

Caminado en círculos y tropezando con la misma piedra hasta desesperar, no huyas, vive ese momento, en cambio recuerda que debes ir hacia adelante ya no hacia atrás.

Lento, sin dejar de andar, deshazte del equipaje poco a poco, no te dejes tentar por el arrebato de lanzarlo todo al viento, ya que te estarías lanzando de cabeza al olvido, olvidando lo que fuiste, eres y serás. Vamos no tengas tanto miedo, recuerda que todo mejorará.

Para cada mal existe una cura, somos parte de lo que se cura.



#21155 en Otros
#6233 en Relatos cortos

En el texto hay: poesia, poesia versos, poesia triste

Editado: 16.05.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.