Empuñé el lápiz y con un papel transcribí lo que la voz no puede expresar, leíste aquello que debía ser oculto y con las mejillas sonrojadas espere. Espere aquello que los enamorados esperan, espere amor y nada más; en vez que aquello levantaste la vista y de esos labios que adornan tu boca salieron dos palabras que me lanzaron a un vacío.
“Es complicado” fue lo que dijiste, al terminar esa frase terminaste conmigo. Déjame decirte querido mío, que lo complicado es quererte como te quiero, a veces te quiero tan cerca y otras tan lejos; lo complicado es querer tomar tu rostro entre mis manos a sabiendas de que no te puedo tocar; lo complicado es tenerte en mis sueños mas no en mi realidad.
Lo complicado es rogarle al olvido que me ayude a olvidarte y tú tan campante que vuelves cada vez que voy a conseguirlo; lo complicado es esperarte cuando tú no me esperas; lo complicado es añorar algo que no tiene sentido; lo complicado es decir que te amo cuando tú no me amas.
Lo complicado es perder el aire en cada suspiro; lo complicado es ser amiga de la estupidez cuando la sensatez me implora que termine esta estupidez; lo complicado es lanzarme de cabeza a este precipicio; lo complicado es seguir estando aquí cuando tú ya no estas; lo complicado es recordarte cuando tú ya me olvidaste; lo complicado es desearte cuando tú ni me deseas las buenas noches.
Lo complicado es escribir cada poesía que lleva tu nombre para ser tachadas de complicadas, cuando lo único complicado es dejar de sentirlas y poder descomplicarme, para poder apartarme finalmente de ti.