Se escucha un fuerte grito,
A lo lejos en el gran infinito,
Lleno de tristeza y melancolía,
De un corazón en cruel agonía,
Pobre criatura tan inocente,
Que aún cree en la buena gente,
No se ha dado cuenta todavía,
Que está tan solo noche y día,
Se escucha un fuerte llanto,
Y al oírlo hiere y duele tanto,
Que rompe en mil el corazón,
Debilitando por completo la razón,
Ahora conoce la absoluta verdad,
Su única compañía es la soledad,
Ella nunca su mano le soltará,
Y su último aliento acompañará.