Volví al hotel por mis cosas y regresé a la casa lo más pronto posible, estaba ya instalada en la habitación pensando.
¿Qué rayos estaba haciendo?.
Entré a la ducha para después vestirme con la ropa más normal que traía, no quería levantar sospechas. Ya lista me apuro a salir, bajé las escaleras consiguiendo llegar al comedor. Entonces veo a dos mujeres y un hombre mirándome con atención.
—Chicos, ella es Jordan, es la nueva inquilina—Habla Evan presentándome con los demás.
—Hola guapa, soy Chris—El joven se me acerca y besa mi mejilla.
Esas tonterías de saludar de beso ¡Puaj!, no puedo soportarlo. Almenos una de las chicas me mostraba respeto conservando su distancia, al contrario de la otra chica que gritaba como loca.
—Hola, mi nombre es Kharis—Habla la chica sonriendo animada.
Es de estatura media, pelo castaño con las puntas teñidas, ojos azules y un poco escuálida. Parecía que la hubiese golpeado ya que no se veía en sus cabales, de lo contrario como explicaría esa alegría y entusiasmo excesivo.
—Ella es Camila—Señaló a la otra chica.
Ella es lo contrario a la anterior, Pelo negro, ojos negros, piel amarillenta, cuerpo atlético, carácter duro.
Obligue a mi boca a sonreír de la manera más falsa posible. Que manía de las personas de sonreír tanto ¿verdad?.
—Hola—¡Puaj!... detesto actuar con cordialidad.
La cena dio comienzo, ellos platicaban con ánimo mientras que a mi las mejillas me temblaban de que ya no podía sonreír por más tiempo. De verdad me ardían las malditas mejillas. ¿Quién se hubiera imaginado que fingir sonreír sería tan cansado?
—Cuéntanos Jordan, ¿a qué te dedicas?—Preguntó Chris mirándome.
—Soy instructora de gimnasio—Contesté con bastante convicción.
—¿Encerio?, eso explica el increíble cuerpo que tienes.
Las chicas lo miraban de mala gana y con reproche. Para ser sincera no entendía el porqué de sus miradas y esa actitud desconcertante.
—Suficiente—Evan rompió el cilencio.
Chris estaba nervioso por lo que acaba de decir, me miraba apenado.
¡Qué rayos!... Los miré sin entender el problema y mucho menos la conversación.
—Te pido disculpas por ese comentario, mi amigo no te faltaría al respeto—Se disculpa.
—Vamos Evan, déjala, no te molestes en explicarle nada. Se ve que le gusta que le mencionen que tiene buen trasero—Camila se retira de la mesa bastante molesta.
Evan suspira y niega mientras va tras ella. Veo como estos me miraban incómodos.
—Chicos para dejarlo en claro, no me molestan esos comentarios. Yo trabajé toda mi vida por esta complexión, me siento orgullosa de lo que he logrado—Concluí.
—¡Eso es increíble Jordan!—Exclamó Kharis—Disculpa a Camila, está celosa.
—Sí, ella está loquita de amor por Evan—Se burla Chris.
—Los he escuchado—Evan les llamó la atención a sus espaldas.
—Es la verdad amigo, esa chica está enamorada de ti—Insistió Chris entre risas.
—No, no es así. Saben muy bien que no puedo corresponder su amor.
Los miraba y no entendía de que mierda estaban hablando ''amor'' ¿Qué cosa es el amor?. Ellos permanecían en la misma tonta discusión.
—Aceptalo Evan, tú no tines corazón—Debatió Kharis convencida.
—Se supone que sí, de lo contrario no estaría vivo—Evan le contradijo.
—Tonto, no me refería a eso—Entonces todos se rien.
La manera astuta en la que Evan se defendió, fue fascinante. Incluso tenía cierta gracia. Tomé el vaso de agua levantándome de la mesa.
—Fue una cena interesante, gracias—Declaré andando hacia la habitación.
—¡Buenas noches Jordan!—Gritan todos mientras subía las escaleras.
Una vez en la habitación revisé el móvil esperando no ver ningún mensaje de la mujer. Sin nada más que revisar me recosté sobre la cama pensando que hacer con respecto a la misión. Había intentado matarlo, incluso le apunté dos veces, y las dos veces no pude evitar titubear.
Pensándolo con más profundidad desde pequeña he trabajado, he entrenado con gran dificultad por ser una de las mejores asesinas de Pointblack. He sacado los puntos más altos de récords de la corporación, soy la novata con el futuro más prometedor, con todo y eso no puedo matarlo, mejor dicho no quiero.
Si llego a traicion la corporación, estoy muerta. Si no logro cumplir la misión, estoy muerta.
¡¿Qué carajos haré?!.
Tomé el arma de fuego y la metí bajo mi almohada, después intenté quedar dormida.
El aire movía la llanura en vaivén, la mujer pelirroja miraba el cielo abriendo sus manos en armonía. Aquella paz era sólo una fantasía porqué de la nada llegan tres hombres sujetándome por la espalda llevándome con ellos.
La mujer pelirroja gritaba entre lágrimas desesperada.
—Su padre nos ha enviado por ella—Declaró uno de los hombres que me tenía sujeta.
—No, dejenla, ella es inocente—Gritaba y lloriqueaba.
—Ella es su creación, nunca debiste arrebatarle a su hija.
—¡Hija!—La mujer gritaba con dolor.
También empecé a gritar ''¡Mamá!'' Me movía con desesperación para liberarme del agarre del sujeto.
—¡No!, ¡no!—Grité moviéndome en la cama.
El cuerpo lo sentía envuelto en sudor y no podía despertar.
—¡Déjenme...!—Seguía gritando.
—Despierta—Lo escuché hablar mientras me tocaba el hombro con la mano.
—¿Eh?...—Muermuré.
—¿Estás bien?, tranquila sólo fue una pesadilla—Dijo sujetando mis manos.
Me levanté de la cama tratando de calmarme, el cuerpo lo tenía mojado en sudor de manera asquerosa. Evan estaba en mi habitación ¿Qué?.
—¿Qué haces aquí?—Pregunté fria.
—Te escuché gritar y vine para asegurarme que estuvieras bien—Contestó poniéndose de pie.
—Lo siento, ¿te desperté?—Hable con voz apagada.
—Tranquila, no podía dormir. ¿Quieres hablar de eso?—Pregunta acercándose—Hablar ayuda.
—No—contesté de mala gana recordando el sueño.
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Editado: 15.01.2024