*El viento movía la llanura con rapidez. Dos hombres me tomaron con fuerza de ambos brazos, intentaba alejarme, pero no tuve éxito. Uno de ellos me empujó dentro del automóvil cerrando la puerta con rapidez, en seguida vuelvo la vista a través de la ventana a la mujer pelirroja, ella estaba de rodillas llorando con desesperación, el tercer hombre volvió y le pegó un tiro enmedio de los ojos.
Grité con acerbo dolor golpeando con fuerza la ventana hasta hacerla pedazos, las manos se cubrieron de sangre y varios de mis dedos los tenía mutilados debido a los vidrios de la ventana.
—¡Hey!... ¡La mocosa se ha escapado! —gritó uno de los hombres.
Con rapidez encontré al hombre que le había disparado a la mujer, lo veo sentado fumándose un cigarrillo con tranquilidad. Llegué hasta él y le apunté con el pequeño dedo que aún me quedaba en la mano. El hombre me miró con terror en sus ojos, como si hubiese visto un monstruo aterrador*
—¡Ahh...!—Me revolvía en la cama atrapada.
—¡Tú! —grité apuntándole a nadie.
—Chris, mantenla sujetada —escuché.
—Está desquiciada —otra voz.
—¡Basta, Camila! —un gritó.
—¡Tú!... ¿cómo te atreves? —le grité al hombre del cigarrillo.
—Vamos Jordan, despierta —siento la mano de alguien tomar mi hombro y moverlo con sutileza.
Abrí los ojos exaltada en visto de que todos estaban en la habitación, Chris me tenía sujeta de la cintura, Evan estaba a un metro de distancia, Camila y Kharis estaban en el umbral de la puerta extrañadas.
—¿Qué hacen todos aquí?—Pregunté en estado de alerta.
Chris al verme despierta me soltó limpiándose el sudor en sus pantalones, me percaté de ese acto, por lo cual tuve que mirarme la ropa. En efecto, estaba empapada de sudor, un sudor exagerado, algo que nunca me había pasado.
—Tus horribles gritos se oían por toda la casa—Rechistó Camila con voz de liderazgo.
—¡Fuera todos!—Exigió Evan con voz hostil.
Incluso me asombró dicho acto, estaba acostumbrada a oírlo fingir una amabilidad tan bien actuada, por fin había escuchado al ex agente 12.
—Esta pesadilla fue diferente ¿no es asi?—Preguntó, mejor dicho lo afirmó.
—No quiero hablar de ello—Respondí tajante.
—No puedo ayudarte si no hablas—Se retiró perdiendo la paciencia.
—No necesito tu ayuda—Contrataqué.
—Sólo quería ser de utilidad, pero en fin, como quieras —Lo veo salir de la habitación.
Permanecí en la misma posición sin quitar la vista de la puerta, no iba a permitir que alguien más entrara por ella. Unas horas después escuché a alguien tocar la puerta, me acerqué y le abrí, entonces veo a Kharis sonriendo, otra vez.
—Todos iremos a una discoteca ¿te apuntas?—Pregunta con entusiasmo.
—No creo que sea buena idea—Le contesté con frialdad.
—Vamos, por favor hazlo por mí—La castaña de ojos azules me miraba con insistencia.
Me froté la frente en señal de derrota, ella se fue gritando de alegría. Y la cuestión era:
¿Qué rayos estaba haciendo?.
—¡Preparate, nos vemos en una hora!—Grita la castaña desde lejos.
Me acerqué al clóset viendo que me iba a poner, pero la repentina intromisión de Kharis en la habitación me alertó, la tomé del cuello sometiéndola en un derribo, la chica empezó a toser quejándose del dolor.
—Lo siento, no debiste entrar de esa manera—Dije rascándome la cabeza con molestia.
—Te... puedo asegurar qué, no lo volveré a hacer—Dijo frotándose el cuello.
—Lo siento, ven dame tu mano, te ayudaré a levantarte.
—Lo haría, pero no puedo moverme—Contestó desde el suelo—Por poco me matas ¿Dónde aprendiste a hacer eso?.
La miré con el ceño fruncido, no la había golpeado tan fuerte ¿o sí? Para mí que está exagerando.
—Tomé algunas clases de defensa personal—Contesté quitándole importancia.
—Pues déjame decirte que valieron cada centavo que pagaste por ellas—Comenzó a reírse.
A Kharis le dolía hasta la risa, pero eso no le importó. Permaneció en el suelo durante unos minutos, los mismos que estuvo riéndose. Con delicadeza la ayudé a ponerse de pie, levanté la ropa que ella traía y se la entregué.
—Gracias—Dijo conteniendo la risa—Quiero que uses uno de estos vestidos, sé que no tienes, así que no te niegues. Además me lo debes después de esto.
Iba a refutar, pero dado que si, ella tenía un punto. Le debía una disculpa. Los tomé sin objeción, ella sonrió orgullosa y giró andando hacia la puerta. Por su manera de caminar parecía un pato mareado.
—¡Sé que estás burlándote de mí!—Gritó la castaña acelerando su andar.
Negué volviendo a lo del vestuario, vi ambos vestidos y sin importarme menos elegí el negro por ser negro, me coloqué la chaqueta de cuero y salí de la habitación. Bajé las escaleras yendo a la cocina, todavía faltaban algunos minutos para irnos, me preparé un sándwich caminando hasta el comedor.
—Jordan, te ves hermosa—Dijo Chris llegando al lugar.
Le agradecí en un gesto, no podía hablar debido al gran bocado que tenía del sándwich. Evan también se unió sentándose en el comedor con su cena. Después de un tiempo las chicas bajaron luciendo despampanantes.
Chris abrió la boca mirando a Kharis, Evan debido a su ceguera no se inmutó en lo más mínimo. Ya montados en el automóvil nos dirigíamos a la dichosa discoteca.
Así terminó el capítulo, gracias por leerme.
Nos vemos en el próximo. No te olvides de votar si te está gustando la historia (gracias).
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Editado: 15.01.2024