Pomelo

Almohada dura

En un atardecer en el que el sobrio jardín de mis emociones se encuentra en una faceta de color naranja fuerte. Mi gato Carnaso estaba flotando como un gas heterogéneo, colgado de una aspa de un viejo ventilador dando vueltas continuas como un disco rayado.

Estaba viendo una serie llamada: "Hemos matado a Dios" en Netflix. Cuando vi en la pantalla de mi televisor que un hombre loco saltó entre la multitud enardecida, en ese instante oí un terrible y grave pero largo maullido.

--Carnaso ven aquí--. Dije de manera serena.

El pobre gato, con cara de desprecio, engarruñado y desparramado se dirigía a la dirección en la que yo le ponía su tazón de croquetas secas, como así le gustaba al "señor".

--Ves puras tonterías--.Me dijo.

--Ya te gustaría ver a los sofistas, hincados ante Hegel y Kant, el primero era un sádico y decían que él publicaba en sus textos pura perífrasis--.

--¡¡¡MIAU!!!--. Gruñó el gato.

Ya sé las manías de mi gato, truhán de Paris pero con color acaramelado, maníatico y despreciable con cara de "anvorguesa" y "queso menonita".

Quise agarrarlo para que estuviera conmigo, soportando mi triste soledad.

--No me toques--. Gruñó mi mascota. 

--Has estado preocupada por no tener un payaso antes, si ya lo hubieran castrado a tu príncipe en "badabún"--. Mencionó mi gato.

--Tienes razón--. Afirme. Soy una mujer pobre que tuvo razón de tenerte a mi lado pobre gato, por si quizá me agradaras, dirías algo positivo y no tan exagerado como para escuchar tus horrísonos maullidos cada vez que tengas hambre. 

El minino me miraba con sus ojazos, sus pupilas se dilataron, su cola se movía como una lombriz moribunda.

--Humana, perdóname pero se me salió--. Dijo Carnaso

--¿Pero qué?--. Musité. Al momento de contemplar a mi gato , mi expresión se llenó de enojo al ver una pasta irregular de color oscuro en mi alfombra, estaba a punto de mandar a mi gato "al chorizo".

--Patético--. Maulló el minino.

Ya que me enontraba libre de limpiar impurezas y desgracias de mi gato, de pronto vi un sobre debajo de la puerta.

--¿Qué es eso? Déjame ver--. Mencionó el minino como si hubiera encontrado su juguete más preciado que había perdido por frenesí y haberle gritado de groserías a una señora hace meses.

Agarré el sobre rápidamente de tal modo que mi gato evite mordisquiarlo.

--¡Oh, es de la Universidad de Estrasburgo sobre la Faculté des Sciences Économiques et de Gestion--. 

--"Aber"--. Dijo el gato con "b" labial.

Como vivía en un departamento de poco espacio en el que yo averiguaba mis inquietudes, además ntomaba mi descanso. Corrí a la orilla de mi cama para sentarme y me sentí ansiosa. Al abrir el sobre leí:

Félitations, ganaste una beca en la Faculté des Sciences Économiques et de Gestion del 90% consulta el link https://en.unistra.fr/ y podrás consultar tu horario escolar así como la currícula y la fecha en la que te presentarás para tu primer día de clases. ¡Que esperas! Bienvenue. Venía la firma del rector. 

Mi cara de asombro y emoción parecía más bien la sonrisa de Stephen King.

--¿Me llevarás a la universidad?--. Preguntó Carnaso, que estaba sentado a mi nlado como el alma de un niño. El gato bajó de mi cama diciendo:--Si me guardas en tu mochila, seré tu acompañante como el nene consentido en la periquera--. Cargué a mi minino y grité: --¡Yei que chido!-- .

Después de tiempo de haber presentado examren a la Université , finalmente fuí aceptada con una beca. Fue un proceso largo y rápido de muchos estudianrtes, algunos de aplanar el botón dos veces por decirlo así, para que fueran admitidos.

--Ojalá mi pobreza se acabe--. Dije con mirada caída. --Si tan sólo encontrara mi "alma gemela" en la universidad--. Pensé.

Terminé de ver el capítulo de la serie: "Hemos matado a Dios" con los ojos pesados, ví mi reloj de mano y la hora me asustó... ¡Es la 1 am! cómo pude entretenerme tanto y apenas me dí cuenta de que no había mordido ni tan solo un pedazo de pan, la hora de la cena ya había pasado por mucho.

Mi gato estaba con los ojos saltones. 

--Quita esa cara que me pones de nervios--. Le dije a mi mascota. 

--Es que quiero mi dosis de catnip, por favor no la hagas de "tos"--. Expresó Carnaso.

Consulta con tu cojín, porque no hay catnip,me dan ganas de ya no darte esa cosa que te pone tan quisquilloso, ansioso y perturbado.

--Saca la mota, la has de traer en tu ropa interior--. Aclaró el "señor".

--Cómo crees y tú, ¿cómo sabes? mejor guarda la horizontal leyendo tus cómics de Ironman en francés para que entiendas y no me hables en chino ¿eh?--. Le aclaré a mi mascota, para que dejara de molestarme.

Después de escuchar semejante cosa ridícula, me fui a dormir, apagué las luces de mi habitación, ya no cené nada, al fin, no tenía hambre y abrí la ventana para que entrara el aire fresco y húmedo, un terrible silencio se acogió en mi mente al sentir que me hacía falta algo.




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