Apenas vi a mi amigo me lancé a sus brazos rodeando su abdomen con mis piernas, el tomó mi rostro con ambas manos y sentí la suavidad de sus labios contra mi frente. Una sonrisa adornó mi rostro.
Amaba sentir sus abrazos además de olor de su perfume por lo cual enterré mi rostro en su pecho.
No, era mas bien el olor propio que emanaba de su cuerpo, pensé aspirando aquel relajante olor.
Después de un tiempo prudencial tuve que soltarlo pues esas muestras de afecto entre personas de distintos sexos no estaban permitidas. Cenamos en compañía de todos y después nos escabullimos al patio, a nuestro lugar de siempre donde le conté todo lo que había pasado.
Como se había decidido hacerme el legrado y días después la directora ingreso a la habitación diciendo que después de todo no harían el procedimiento, llevaría a feliz termino mi embarazo, el niño nacería y todos saldríamos ganando.
—Algo se trae y no es nada bueno.
Fue lo único que dijo Nicolas cuando termine de contarle mi relato.
No entendía a que se refería hasta días después cuando me llamaron a la oficina principal, allí una pareja me esperaba sonriente y miraban de manera constante hacia mi estómago.
—Manuela, —llamó mi atención la directora, haciendo que quitara mi vista de la pareja—Ellos son Maliah y James Whitemore, los futuros padres de tu hijo
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Editado: 14.10.2020