Por culpa de un instante (completa)

16. Por culpa de un instante

—¿A dónde dijiste que iremos? —le pregunto a Stacy al salir de la ducha. Aún debo secar mi cabello y falta menos de una hora para que nos pasen a buscar.

Mi hermana está ansiosa por presentarme al chico con quien está hablando desde hace un tiempo. Así que se le ocurrió decirle que invite a un amigo, para que yo no me quede sola.

—A un parque de atracciones —me recuerda ella, contenta.

Ya se ha vestido y ahora se ocupa de su cabello. La veo cuidar cada mínimo detalle y sonrío. Me agrada verla tan entusiasmada.

Se nota que este chico le está gustando de verdad.

Me coloco unos jeans y una blusa, tomo el secador, unos cuantos accesorios y, en menos del tiempo estimado, estoy lista.

Stacy aún sigue retocando su maquillaje. Me mira a través del espejo.

—Te ves bien, pero déjame darte un retoque —me guiña un ojo y me llama con la mano.

Me acerco a regañadientes y ella me coloca unas sombras sobre los parpados y un brillo en los labios.

—Con eso es suficiente —me aparto, cuando veo que toma un lápiz para delinear mis ojos.

Ella frunce el ceño.

—¿Y si el chico que viene con él es muy lindo? —parpadea varias veces, como para convencerme.

Sonrío.

En realidad, no me interesa. Ya tengo suficiente con el tonto que llevo metido en la cabeza.

Y nunca fui de las que creen que un clavo saca a otro.

Stacy insiste en que esperemos en la entrada principal, para no hacerlos esperar.

Nos despedimos de mamá y bajamos.

Estoy por acomodarme en el sofá cuando suena el timbre.

—Deben ser ellos —Stacy se pasa las manos por el cabello una última vez y yo me acerco hacia la puerta, rodando los ojos.

Ella se ubica a mi lado cuando estoy abriendo y muestra una enorme sonrisa al ver a…

¿Bruno Belotto?

Y no sólo él, Lucas también está allí.

Parpadeo varias veces, porque no puedo creer lo que estoy presenciando.

Deben estar aquí por Eric, es lo más lógico. Los chicos con los que saldremos en realidad estarán aún en camino.

Eso es lo que quiero creer, por un segundo. Hasta que Stacy acerca su rostro al de Bruno y besa sus mejillas.

—¡Qué bueno que ya llegaron! —exclama, al momento en que saluda a Lucas también.

Algo en mí se detiene.

Esto debe ser una broma. Sí, una de esas en las que hay una cámara escondida.

—¿Nos vamos? —pregunta Bruno.

Lucas me mira como si supiera que en cualquier momento voy a armar un escándalo. Pero mi mente continúa intentando procesar toda la información que acaba de recibir.

¿Cómo puede ser que estén ellos dos aquí?

¿Acaso no fue Stacy misma la que me había dicho que Bruno fue quien la lastimó en el primer día de clases?

Y Urriaga, ¿por qué aceptó ser mi cita esta noche?

Varias preguntas giran en mi cabeza en menos de un segundo.

—Vamos —contesta Stacy, un poco preocupada al verme así, sacudida por la conmoción.

Entonces Bruno estira su mano, con la intención de tomar la de ella y todos mis sentidos se activan de nuevo.

Antes de que pueda pensar con claridad, mi sorpresa de transforma en desprecio, y ese desprecio en furia.

—Ni se te ocurra tocar a mi hermana —amenazo, con la mirada puesta en él.

Bruno detiene su movimiento en seco y mira a Stacy.

—Brenda… —susurra ella, apenada.

—¿No fue esta basura quien te hizo llorar antes? —pregunto, sin despegar los dientes. Estoy apretando tan fuerte la mordida que es seguro que luego me dolerá la cabeza.

—Sí, pero… —intenta explicarse ella.

—Eso es pasado, Allen. Supéralo —afirma Bruno, mostrando una sonrisa triunfal.

Lucas lo golpea con el codo, como diciéndole que no me haga enojar.

Tarde.

Bruno ignora a su amigo, no me saca la mirada de encima.

—Lárgate de mi casa —le ordeno.



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En el texto hay: juvenil, romance, amor odio

Editado: 24.02.2019

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