Por favor, no me olvides

Capítulo 25 | Ya es hora.

Ya era el día. El día en el que volvería a ver a mi mejor amigo. Jamás me había levantado tan feliz en mi vida desde aquella vez en la que mi padre lo hizo dándome cosquillas. Recordaba aquél día perfectamente, recordaba aquél lago azul y las hermosas mariposas que se encontraban a los alrededores.

Hacía frío, y estaba lloviendo, llovía demasiado, sin embargo eso no me iba a detener, debía de verlo, debía saber si él realmente era Adrián.

Caminé por el cuarto nerviosa. Tomé el uniforme que Bryce se había encargado de conseguir para mí con el fin de pasar desapercibida y me lo puse.

Iría primero a un salón a averiguar si en ese se encontraba Adrián. Después al otro. El plan era sencillo y nada podía salir mal. Bryce pasaría por mí en unos minutos.

Estaba sentada en el sofá de la sala esperando a que el timbre sonara, de repente, como si nada llegó Arturo a mi mente. Lo primero que recordé de él fue el sonido de su risa, era algo muy particular, sentí un enorme vacío en mi pecho.

Más recuerdos comenzaron a llegar a mi mente reprendiéndome por lo que había hecho, como si estos fuesen inconscientes.

—¡Arturo! —grité viéndolo a lo lejos de espaldasMi corazón palpitó con fuerza al verlo nuevamente  Cuando por fin llegué a sus brazos sentí paz y tranquilidad otra vez— Arturo, ¿Por qué te fuiste?

Sólo me fui un par de días AnnieYo nunca me separaré de tino tengas miedo —Dijo tomando mi mejilla.

¿De verdad? —dije mirándolo a los ojoscomo una niña con temor a ser abandonada de nuevo— No te separes de  nunca más.

—No lo harétranquila —respondió abrazándome fuertemente mientras depositaba un par de besos en mi coronilla.

Aquél día él había vuelto después de haberse ido por tres semanas, jamás me sentí tan protegida como aquella vez en la que me rodeó fuertemente con sus brazos.

Yo nunca me separaré de ti” Recordé, y me sentí una estúpida por haber sido yo la que se fue.

—No temasAnnie —decía desde la cima de un árbol— ¡VamosPuedes hacerlosólo sube.

—No puedo subir tan alto como  dije mientras me agarraba de una rama, temerosa.

—Toma mi manoAnnieTe ayudaré a subir —dijo estirando su mano— Puedes lograrlosólo hazlo.




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