¿por qué a mí?

Capítulo 05

Chase


 

–Toma, ponte esto, ayudará a bajar el dolor– dice la castaña mientras me extiende la bolsa que antes llevaba en sus manos


 

–Y ayudará a bajar el gran huevo que te quedará mañana– dice la pequeña aún a mi lado


 

–Cállate Emily, ve a la heladera a buscar un vaso de agua.

Sin romper nada esta vez en lo posible.


 

Siento algo duro en mi espalda, llevo mi mano hacia atrás y encuentro el zapato que voló por los aires hace unos minutos.


 

–Creo que esto te pertenece– extiendo el zapato y se lo entrego a su respectiva dueña.


 

–Gracias– dice riendo– juro que no sabía que eras tu, me acababa de despertar y de repente veo a alguien en la puerta que no es mi hermana, yo creo que cualquiera habría reaccionado de la misma manera


 

–Pero dudo que cualquiera haya tenido la puntería que tuviste tú–río


 

–Estamos a mano ahora. Tu me empujaste en el muelle, yo casi te mato con un zapato– levanta el mismo con una mano


 

–Y ahí está la chica rencorosa que yo conocí –reímos


 

Encontré mi nueva debilidad, ver reír a Wendy


 

–Casi lo olvidaba– mete una de sus manos en el bolsillo trasero de su pantalón y me entrega mi teléfono– no ha parado de sonar


 

Miro el registro de llamadas


 

12:17 llamada perdida de Alfred

12:20 llamada perdida de Alfred

12:22 llamada perdida de Alfred


 

12:23 Chase! Donde estás? Hace media hora que tendrías que haber entrado a trabajar


 

12:30 Chase! Debo irme donde estás?


 


 

Casi lo olvidaba, en este momento tendría que estar trabajando.


 

Aún me encuentro sentado en el suelo, hago el intento de levantarme pero mi cabeza empieza a dar vueltas y vuelvo a quedar en la misma posición de antes


 

–¿A donde vas con tanta prisa? No es que me importe, pero acabas de darte un gran golpe, y por lo que veo estás mareado. Siéntate en el sofá estarás más cómodo que en el suelo.


 

–¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?


 

–Cinco minutos más o menos– responde mientras ayuda a levantarme, acomoda uno de los almohadones y lo coloca detrás de mi espalda para poder recostarme mejor.


 

–¿¡Emilyy, y el agua que te pedí!?


 

Y ahí está otra vez el dolor de cabeza


 

¡¡Donde me he metido!!


 

–¡Voooy!– grita la niña desde la otra habitación


 

–Si no quieres que te deje sin cocina creo que no debes dejarla sola ni un minuto más– digo riendo


 

Segundos más tarde aparece la niña con el vaso de agua.


 

–Toma– extiende su mano– le puse dos cubos de hielo


 

–Gracias– digo– ¿Te puedo pedir un favor?– digo mirando a la castaña que aún presiona la bolsa con hielo sobre mi cabeza


 

–Si, dime


 

–¿Puedes tomar el celular y llamar a mi primo? Se supone que hace media hora tendría que estar trabajando


 

Toma mi celular de arriba de la mesita y comienza a llamar a Alfred, al segundo llamado contesta


 

–Hola Alfred, soy Wendy espera que pongo el altavoz... ahora si


 

–Hola primo–digo mientras me incorporo del sofá


 

–Hasta que por fin contestas, ya me estaba preocupando


 

–Lo sé, lo siento, es que... tuve un pequeño... inconveniente...– miro de reojo a Wendy y noto como gesticula un "lo siento"– luego te cuento, solo quería pedirte si no me cubres lo que resta del día creo que por un buen rato no podré estar allí


 

–Me debes una primo


 

–Gracias– alcanzo a decir antes de que termine la llamada


 

vuelvo a guardar el celular y aún veo a Wendy con cara de preocupada -no es para menos-


 

–Lo siento, en serio. Si quieres yo puedo ir a hablar con él y explicarle lo qué pasó


 

–No es necesario, no te preocupes. Es Alfred de quien hablamos ¿Sabes cuantas veces sucedió esto pero a la inversa?– y no estoy mintiendo, más de una vez Alfred me ha dejado solo a cargo de la recepción.

En dos ocasiones por una chica, otra vez fue por una resaca que le duró un día entero y otro día porque ni siquiera estaba en el pueblo -vaya uno a saber porqué-


 

Creo que quien le debe una soy yo a él.


 

–¿Estás seguro que estás mejor? Si quieres podemos llamar a un médico


 

–Todavía me duele la cabeza, pero creo que con reposo ya estaré mejor.


 

–Está bien– dice ella no muy conforme– como disculpas aceptas quedarte a almorzar


 

–Acepto– digo riendo


 

–Quédate aquí ya vengo


 

Wendy


 

En serio que estas cosas solo pueden pasarme a mi.

Y encima debo limpiar todo el desastre que causó mi hermana.


 

Nota mental: No dejar nunca más a mi hermana sola.


 

Empiezo por limpiar los restos de vidrio, no quiero que nadie más resulte herido, con Chase ya me es suficiente.


 

Una vez que termino con lo que era antes una jarra, paso a juntar todos los cereales qué hay esparcidos por toda la cocina.


 

Gracias Emily, nos dejaste sin desayuno.


 

Justo cuando creí haber terminado con la cocina, recuerdo que al lado de la heladera hay un mar de chocolatada. Traigo un trapo mojado y me encargo de dejar todo el suelo reluciente tal y como lo había dejado mi madre.


 

Este es un buen momento para tener un perro, dejas que coma todo lo que cayó al suelo y después solo debes pasar un trapo y listo.




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