Narra Simón]:
Habían pasado muchas horas, estaba por anochecer y no había visto a Wilhelm en todo el día. Necesitaba hablar con él para que me diera una explicación de porque atacó a Isak y del porque estaba actuando de esa forma, ya comenzaba a preocuparme.
Pero como ya se hacía de noche tuve que regresar a mi hogar pero cuando iba camino a este, un lujoso auto negro se para frente a mí. Pensé que sería él pero en cambio era August y estaba muy nervioso, preocupado y hasta parecía que había estado llorando.
- Antes de que digas cualquier cosa hay algo que tienes que saber.
Inmediatamente supe que algo no iba bien.
- Escucha pero antes quiero que te subas, te explicaré todo en el camino.
Él realmente estaba nervioso, y apunto de tener una crisis de pánico.
- Oye tienes que calmarte o no me subiré a un auto contigo, lo siento, además tu y yo no tenemos nada de que hablar, nosotros no somos amigos.
De verdad no tenía intenciones de hablar con esta persona que arruinó nuestras vidas y pensé que él al graduarse no tendría que volver a verlo nunca más pero el destino me tenía preparada una desgarradora sorpresa.
- Se que no somos amigos y estar aquí se ha hecho más difícil de lo que pensé pero no estaría aquí si no fuera porque lo te tengo que contar es sobre Wille.
Cuando mencionó su nombre supe de inmediato que lo que me tenía que decir era algo grave y delicado.
- Esta bien pero dime que está pasando August?
Fue en ese momento en que mi mundo se vino abajo al enterarme de Wille se había lanzado desde una ventana.
- Pero él está bien, sabes algo, por favor August dime algo - Ya estaba empezando a descontrolarme.
- No tengo idea de como está yo solo cumplí con avisarte y contarte que la reina quiere verte por lo que necesito que me acompañes al hospital.
Acepté de inmediato y me subí a un auto con la persona que más odiaba pero esta incertidumbre de no saber como estaba mi príncipe era más importante que cualquier otra cosa.
En cuanto llegamos vi a su mamá, la reina, y claramente estaba destruida y por respeto y educación decidí saludarla cordialmente.
- Su majestad - Estrechándole mi mano.
- Hola Simón, que bueno que viniste a ver a Wilhelm estoy segura de que si él siente tu presencia puede salir de esta.
- Y cómo está él?
- Ahora está en cirugía y no me han dicho nada, solo tenemos que esperar, Simón puedo darte un abrazo?
Como me iba a negar a algo que yo también necesitaba.
- Todo es mi culpa - Me susurró al oído.
Agregando que si ella no hubiese siquiera pensado en renunciar, tal vez, Wille estaría bien. Yo no lo veía de ese modo ya que el único culpable era otro.
Quería gritarlo, quería decirles a todos que todo esto había sido culpa de August, quien había cambiado todos los planes a última hora y solo para arruinarnos nuevamente la vida.
Lamentablemente este no era el lugar ni el momento para hacer esa declaración y me parecía muy descarado que este ser humano ahora estuviese llorando por Wille.
- Oye creo que tenemos que hablar y tiene que ser ahora, vamos a otro lado.
Al principio se burlaba de mis intenciones pero luego entendió que estaba hablando bien en serio.
- Se que no es el momento para hablar de esto pero... todo esto fue tu culpa, Wille no merecía que lo traicionaras de esa forma, él confiaba en ti y en que tú serias el rey de este país.
Él me miraba como intentando buscar una respuesta.
- Es obvio que quiero ser rey pero no ahora, tengo recién 21 años y aún me queda mucho por disfrutar de libertad, no estoy listo y además Wille aún no firma oficialmente su renuncia y mientras eso no ocurra, él seguirá siendo el primero en la línea y entiendo que se sienta frustrado pero es lo que le tocó.
- Solo quiero que este bien
- Yo también
Y luego de eso él y yo nos terminamos abrazando, algo que jamás pensé que ocurriría pero pasó y nunca creí que diría esto pero fue reconfortante.
- Ahora que está todo aclarado, deberíamos volver y darle buenas energías a Wilhelm y a su familia.
En eso August tenía razón con respecto a que no deberíamos culpar a nadie de lo que pasó y mantenernos unidos para que Wille salga de esto y que esté bien.
De pronto las puertas del área restringida se abren y de ahí salieron los médicos a decirnos que todo había salido bien con su cirugía y horas más tarde me permitieron entrar a verlo.
Estaba emocionado, y a la vez muy asustado porque no sabía con que me iba a encontrar pero cuando entré aún estaba dormido y lentamente me acerqué a sus labios e intenté bésarlos pero justo despertó.
- Estoy muerto?
- No, y no digas esas cosas, no es gracioso, estuve muy preocupado por ti y mírate como estás todo lastimado y herido.
- ¿Por qué lo hiciste Wille?
- Era la única opción que tenía o mi destino sería otro pero no vayas a pensar que yo intente... - Lo interrumpí.
- Ni lo digas porque se que no lo hiciste apropósito, tu no harías eso para escapar de tus problemas o si?
Suspiró pesado como realmente quisiera confesar que si lo había hecho apropósito ya que la situación en la que estaba lo abrumaba y quería escapar.
- Prométeme que no lo volverás a hacer, no quiero perderte.
- No me perderás porque te amo más que a nada en este mundo - Vi como sus ojos se llenaron de lagrimas por lo que decidí tomar de su mano y decirle que yo también lo amaba. Ambos sonreíamos y después nos dimos un corto beso.
Wille pasó poco tiempo en hospital para luego recuperarse en casa donde obviamente fui a visitarlo cada vez que pude afianzando aún más nuestra relación donde además lo ayudaba con las materias atrasadas, todo marchaba bien hasta que un día, reina pidió hablar conmigo y si bien teníamos buena comunicación, esta vez, la sentí diferente.
- Simón mira no se como decirte esto pero no quiero que vuelvas a ver a Wilhelm.
- ¿Y puedo saber por que?
- Así será más fácil para ti despedirlo, ya que le conseguí una nueva escuela en Suiza, se iría después de las vacaciones de invierno y hasta entonces no podrán juntarse más, se acabó esto.
- Con todo respeto majestad pero usted no puede sacarlo de la escuela así como así y además por que lo hace?
- Tengo mis razones, soy su mamá y puedo hacer lo que quiero.
Y mientras seguíamos con nuestra fuerte conversación él apareció de la nada.
- Hola de que estaban hablando?
- De nada solo espero que te vaya bien en Suiza, permiso.
Y mientras me alejaba de la oficina escuché como él y su madre discutían hasta que nuevamente se abrió la puerta y gritó mi nombre.
- Simón! - Fue tan insistente que tuve que detenerme.
- Que te dijo mi mamá?
- Para que preguntas, si yo lo sabes.
- Si pero yo no quiero ir a otra escuela.
Agregando que quería quedarse en Hillerska.
- Si pero es tu mamá y ya me dejó claro que no quiere que estemos juntos, pensé que eso había cambiado que tonto fui.
Intenté alejarme de él pero justo pasé por la misma ventana en la que ocurrió todo.
- Pensé que al lanzarme de dicha ventana todos mis problemas desaparecerían, sin embargo, estos empeoraron pero te doy mi palabra de que no iré a ese internado no podría soportar estar lejos de tí, te amo.
- ¿Me lo prometes?
- Te doy mi palabra.
Luego de eso nos abrazamos mientras dos lágrimas se dejaron ver de mi ojos.
- Te amo Willle.
Editado: 14.06.2024