nota 15

Miércoles 09 de julio de 2014.

Hoy ha sido un día muy feliz, de verdad que cuando uno se esfuerza en algo se obtienen grandes resultados. Estuve estudiando mucho para mis exámenes, y hoy por fin recibí los resultados, obteniendo las mejores puntuaciones de entre toda la clase.

Por la noche, cuando papá llegó de trabajar lo recibí en la puerta, y sin acercarme mucho a él para no incomodar ni molestarlo le mostré mis notas. Se acercó a mí poniéndome un poco nervioso, tomó los resultados de mi mano y les dio un vistazo.

—Felicidades Mathias, eres un buen chico. —dijo sin mucha emoción mientras me devolvió las notas.

Escucharlo decir esa frase fue lo mejor que me ha ocurrido durante todo este tiempo. Fue la primera vez que papá demostraba un poquito de interés en algo con respecto a mí. Me sentí tan feliz como nunca antes.

Algo inesperado sucedió, colocó su mano derecha sobre mi espalda y dio unas cuantas palmadas de forma suave. Sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo. Por un breve instante pensé que él me abrazaría, pero desafortunadamente no sucedió.

—Dime algo… ¿Te apetecería ir mañana por un helado? —propuso de manera sorpresiva.

—¡Por supuesto papá! —no dudé en responder con suma emoción.

Por primera vez en la vida me he sentido aceptado por mi padre. Me pregunto si... ¿la indiferencia hacia mí se está disolviendo? Todo parece indicar que así es.