Mar: Carta 5

Para mi hermano Martin:

Hermano, ya estoy agotado de vivir así, no puedo, no quiero continuar llevando una vida tan miserable como la que me ha tocado cargar hasta ahora. Tantas situaciones me han causado un daño inevitable, y, entre ellas estás tú y todo lo malo que me deseaste mientras yo rogaba lo contrario para ti, buenos deseos, salud, lo mejor para mi hermano mayor.

No creo que suceda, pero no te arrepientas por cada acción con la cual me hiciste sentir mal, no llores ahora que no me tendrás a tu lado, ahora que perdiste aquello que nunca valoraste. Recuerda, el hacerlo no cambiará nada, no hará que yo regrese a la vida, no apartará el dolor de tu lado. Ahora este sentimiento de remordimiento será algo con lo que tendrás que vivir por el resto de tu vida, pero te vas acostumbrar a ello. Te recuerdo por última ocasión que nunca, ni una sola vez hubo rencor de mi parte. Martin, espero poder verte nuevamente algún día en nuestra otra vida, y, que para esa ocasión sí pueda recibir ese abrazo que nunca recibí, ese abrazo tuyo por el cual moriré esperando. Ni porque no te den ganas de llorar mi muerte, ni por todo eso y más me atrevería a dejar de amarte por el resto de mi eternidad.

Tu hermano muerto, Mathias.