Por Siempre

Capítulo 6|"Libre"

Hunter

Había pasado unos días y noches insufribles. Me aburría, me enojaba ¡Detestaba aquel lugar con todas mis fuerzas! ¡Mierda, no! Porque la sumatoria de todas las fuerzas es cero y ya puedo imaginarme a Nícolas apareciendo en mi cabeza y reprochándome para que estudie un poco de puta física. 
Brutus se esmeraba en hacerme sentir insignificante con cada segundo que pasaba, y en verdad lo lograba demasiado bien. Yo era su estúpida marioneta. Su muñeco, su jodido idiota que hacía todo lo que él decía. 

Al menos no me había tocado presenciar todavía a un Vampiro desangrando a un humano cruelmente hasta morir. Vale, tampoco soy el mejor Vampiro bonachón para decirlo, pero ¡Diablos! Al menos yo dejo vivas a mis víctimas y hago que al rato no recuerden nada de lo ocurrido. Además no elijo sólo a una, sino que cada vez es mi víctima es alguien diferente para asegurarme de que no ocurra otra vez lo que pasó con Abby. 

Pero en fin, ya quedaban sólo dos días y entonces podría irme de una maldita vez y todo estaría bien, relativamente, al menos. 

ᅳYa deja de pensar en ella, ¿quieres? Haces que yo también lo haga y no me culpes si de repente se me antoja probar otra vez su sangre. Su piel era tan suave, ya me imagino qué tan rico será morder uno de sus muslos. 

Me había tocado la tortura de salir acompañado de Drake Reynolds. Tenía la necesidad de dar un paseo y alejarme cuánto pudiera de Brutus, pero el condenado de Luxfero me acabó poniendo a Drake de "compañía" y justamente ahora me surgía la putísima necesidad de golpear al gran tonto junto a mí.

ᅳHaré como que no has dicho eso. 

Drake soltó una enfermiza risa y de pronto me hizo parar al ver que dos Vampiros conocidas se nos acercaban.

ᅳ¡Vaya, pero sí son mis queridos hermanitos! ᅳExlamó Drake. Yo también los había visto, pero mi plan de hacer vista gorda se vio opacado gracias a él. Entonces se cumplió lo que me faltaba para hacer aún más incómoda mi estadía. 

Sí, los dos Vampiros frente a nosotros también eran mis descendientes. No obstante, ninguno de ellos me considera como su padre y jamás me he esforzado ni lo haré por parecer como tal. La única razón por la que ellos existieron fue debido a la legislación Vampírica. 

ᅳ¿Qué haces aquí?ᅳNo era el saludo que esperaba después de tanto tiempo sin vernos... ¿Qué digo? De hecho, ese saludo estaba perfecto viniendo de Adrien. 

Con Adrien Reynolds físicamente nos parecíamos muy poco, pues él sólo conservaba la forma y color de mis ojos y en cuanto a lo demás era igual a su progenitora; piel morena mate y poseedor de una belleza increíble, casi hipnotizante. Por otro lado, Ignes, el Vampiro junto a él, tenía el cabello rosa pastel y una piel pálida adornada en pecas. Él también generaba visiones, tal como Ámber, sólo que él llevaba más práctica y conseguía dominar su poder de mejor manera. 

ᅳHe vuelto, ¿no?ᅳrespondí con aire apáticoᅳ, ya saben... adoro este lugar. 

ᅳNoᅳdijo Ignesᅳ.Ya sabíamos que habías vuelto, pero nos preguntamos qué haces aquí dando un paseo cuando se supone que te reunirías con todos nosotros. Tú mismo nos hiciste llegar las invitaciones. 

Yo no había hecho eso. Luxfero me estaba jugando una trampa, seguro. Tenía que pensar rápido. ¿Qué iba a hacer? No me convenía hacerme el desentendido, pues podría ir en contra de los planes de Luxfero, y cagaría si acaso llegaba a hacer algo que al señor no le gustara. 
ᅳAh, por supuestoᅳconseguí decir y lucir calmado. Después me giré y los invité a venir conmigo. 

ᅳ¿Tú sabías de esto?ᅳgruñí, murmurando luego a Drake quién iba a mí lado en lo que los otros dos Vampiros nos seguían el paso.

Él soltó un risa estúpidaᅳ¿Quién sabe...? quizá Luxfero me haya comentado algo y lo olvidé.

Estaba claro, todo indicaba que me querían joder, pero de ninguna manera se las dejaría fácil. 

Cuando estuvimos en la mansión de Luxfero alguien me indicó que todos habían llegado y esperaban en un salón. Pensé, ¿Quién mierda son "todos"?, pero no podía irritarme, debía mantener el control y hacer que de alguna manera las cosas fluyeran a mi favor. 

Entré en la habitación que me indicaron seguido del sequito de idiotas que me acompañaban. ¡Oh! Y al entrar, vi a otro conjunto de idiotas acomodados en unos sillones elegantes que se ubicaban alrededor de una fina mesa de vidrio, donde el idiota más grade de todos los idiotas hacía de cabecera de mesa. 

ᅳ¡Hunter!ᅳexclamó Luxfero luciendo satisfecho desde su posición en el extremo de la mesaᅳ.Has llegado y con los que faltaban. Perfecto. Pasen a sentarse. 

Éramos doce Vampiros en la habitación; seis féminas y seis varones. De todos ellos sólo una me agradaba; Amber. 



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En el texto hay: vampiros

Editado: 12.04.2018

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