Por Siempre

Capítulo 34|"Venus"

Abby

Derek estaba particularmente coqueto esa noche. Quizá demasiado. Al principio lo tomé a juego, porque ¡vamos! Él solía hacer ese tipo de cosas. Bromas incómodas, donde llegaba un momento en el que dudabas si en realidad la situación iba para broma o no. 
En ese momento, con Derek semidesnudo acorralándome contra la pared, yo dudé de qué tan cuerdo estaba mi amigo entonces.

—Siempre me has parecido linda, ¿Sabes? Muy linda—susurraba con sus labios casi pegados a los míos. Debía ser una broma, en serio debía serlo. Porque a decir verdad no imaginaba a Derek coqueteando descaradamente conmigo cuando Hunter estaba en la sala y podía oírlo todo, ¡Oh! Y quizá hasta el profesor Nícolas y todo quien estuviera en la casa en ese momento ¡Hasta las hormigas! Y sí, Derek estaba guapísimo y súper-hiper-mega-archi comestible, pero a mí hasta el momento me iba la monogamia.

—Ah... Creo que tengo que ir al baño— , fue lo primero que solté para escabullirme de su encrucijada. Lo conseguí, pero apenas di algunos pasos, tropecé (aunque sospecho que él me hizo tropezar) y caí en sus brazos. Otra vez quedé atrapada.

—Es por tu período ¿No, bombón?—Malditos vampiros y sus peculiaridades. ¿Por qué papayas la tierra no me tragaba todavía?—, te acompaño, de paso, podría probar un poco. Me da mucha curiosidad, ¿sabes? Creo que podrías sentirte muy bien mientras lo haga...

—¡Iugh!

Derek enarcó sus cejas como respuesta a mi expresión. Yo seguía colgando en sus brazos. Nos hallábamos en una pose muy al estilo del chico cool salvando a la chiquilla en problemas.

—¿Iugh?—dijo él con un evidente desprecio. Luego regresó a mostrarse lascivo—. No creo que digas algo como eso, de seguro te haré soltar gemidos preciosos. Una vez que me pruebes a mí, no querrás que nadie más lo haga 

—¿Qué dices? ¡Ya basta!—Me removí como pude, intentando que me soltara. Él se reía de mí. Estaba jugando. ¿Qué diablos pasaba por la cabeza de Derek?

—¡Shhh , bebé! Estoy molestando a Hunter. Lo siento por ti—, aquello me lo dijo en susurros con sus labios bien pegados a uno de mis oídos. Debía imaginarme que algo malo se traía esa híbrido loco—. Vamos, sigueme el juego.

La cosa era así: luego de haber descubierto mi morida, Hunter me había traído a casa de Nícolas para que pasará la noche con ellos. Frente a un evento sobrenatural, sólo podían ayudarme seres sobrenaturales. 
A papá le inventé que me quedaría donde una compañera a terminar un trabajo. Me resultó bien, creo. De otro modo no estaría mi pequeña mochila de equipaje en la habitación de Derek.

Y volviendo a la proposición de mi singular y queridísimo híbrido, pues... luego de meditarlo poco y nada y dejando llevar por la maldita e hionotizante sonrisa de Derek, decidí que sí. La seguiría el juego. Podría tomarlo como venganza a sus actitudes enfermas de celos.

—De acuerdo, hazlo—solté en murmullos. Murmullos graciosamente fuertes para que funcionara en chiste ese.

—¿Hacer qué, nena?— Siempre había sentido tan gracioso que llamarán a alguien así, pero ¡Diablos! Cuando Derek lo decía sí sonaba sexy.

—Ya sabes... probarme—, puse la voz más orgásmica posible. ¡De verdad que me empecé en ser tan buena actriz como mi compañero de broma! No sabía sí iba realmente bien, pero a mi criterio sí lo estaba.

—Con esa voz tan sexy cómo voy a decir que no. Anda, hagámoslo aquí mismo.

En apenas un instante Derek me lanzó con tal agilidad que caí de espaldas sobre una de las camas de la habitación. Él, tomó un pantalón de mezclilla que desde minutos atrás yo rogaba para que se vistiera, y comenzó por fín a ponérselo. Supuse que su intención era hacer escuchar el sonido de la cremallera de su pantalón bajar, aunque este caso fue subir, pero generaba un efecto parecido. Al menos eso hizo que Hunter apareciera por la puerta.

Como era de esperar lucía alterado. Yo me esperaba verlo con su típica cara de enojado, pero sorprendentemente está vez parecía llevar tremenda cara de susto. Cuando nos vio y se percató de que nada en verdad ocurría pareció calmarse y entonces sí se enseñó molesto.

—Te advertí que estaban jugando contigo— soltó Zac. Él estaba junto a Hunter, observándonos desde la puerta.

—Cambia esa cara, Reynolds—Derek se aproximó a Hunter y le dio unos cuantos golpes suaves en la mejilla simulando inocentes cachetadas—. Llevaba mucho tiempo sin hacerte enfadar. Necesitaba recuperarme de eso.

—Hijo de...

—¡Shh! No lo digas—Derek cubrió con su palma la boca de Hunter. Esta último parecía querer hacer estallar su malhumor—, es que siempre consideré a tu madre como la mía, y bueno, no recuerdo que haya desempeñado labores de puta.



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En el texto hay: vampiros

Editado: 12.04.2018

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