CAPITULO 19

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MÓNICA

Cuando Owen estaba hablando con Shamara, yo estaba pasando y escuche que ella venía con su padre a ver a Dean. Owen repitió el día que llegaban al país y que todo era sorpresa.

Desde ese momento pensé en idear un plan para separarlos.

Cuando conocí a Dean, cupido me flechó. Él es un hombre fuera de lo común, es difícil conseguir tantos atributos en una sola persona y a eso agregarle que tiene posición y dinero. Se me metió en la cabeza que ese hombre debía ser mío y debía jugar todas mis cartas para quitárselo a Shamara ahora que estaban lejos.

Aproveche que Owen no estaba en la empresa para invitar a Dean al bar del hotel donde nos hospedamos, allí tendría la facilidad para llevarlo a la cama y que ella nos encuentre en el acto.

Fue un poco difícil, pero no imposible convencerlo para que saliera de la oficina, ya que se ha olvidado de la vida social, se ha concentrado en solo trabajar y trabajar sin divertirse.

Dean se molestó conmigo porque mientras estábamos sentados en el bar no dejaba de mostrarle mis atributos a ver si con ayuda de la bebida caía en mis redes.

Aproveché en un instante que se levantó de su silla para ir al servicio y le eché un poco de polvo tranquilizante que es incoloro y sin sabor en su bebida.

Al instante que Dean regresó al bar le propuse un brindis en honor a la feliz pareja.

─¡Salud porque seas muy feliz con tu niñita caprichosa!  ─dije de mala gana y con una mirada intimidante.

─Salud por el amor que Shamara y yo nos tenemos… ─respondió mirándome fijamente.

Dean se tomó toda la bebida que tenía mi vaso, luego de un momento comenzó a sentirme mal, casi se cae al suelo, llamé a uno de los meseros para que me ayudara a llevarlo a su habitación, diciendo que él estaba bien pero que había tomado de más.

Para mi sorpresa el somnífero hizo efecto más rápido de lo que calculé.

Luego que llegamos a la habitación Dean perdió el conocimiento. Le quité la ropa tirándola por todos lados y luego hice lo mismo con la mía.

─Ahora vamos a ver si te vas a casar con la niñita esa, tú eres mío y no voy a permitir que ella se quede contigo─. dije mientras arropaba a Dean y me acostaba a su lado.

A la mañana siguiente escuche que estaban tocando la puerta y de seguro es la niñita insoportable de Shamara. Qué pena que Dean está dormido muy profundo ajeno a lo que está sucediendo.

Me levanté corriendo y me coloqué una camisa de Dean y mi sexi braga, me dirigí con pasos firmes y llena de orgullo hacia la puerta.