Adriana
Hoy será la primera vez q vere a mi padre, o bueno, el hombre que me engendro. Él no merece ser llamado "Papá", esa palabra le queda muy grande. Un padre es aquel que esta contigo cuando estas enfrerma, en las buenas y en las malas. Un padre es todo lo contrario a ese hombre q dice ser algo mío.
Él nunca fue mi padre porque ni se atrevio ni a conocerme, simplemente hizo como si yo nunca hubiese existido. Yo solo queria a alguien q me abrace cuando estaba triste o me sentia mal. Pero eso nunca paso.
Mi madre trabajaba de las 7 de la mañana hasta las 10 de la noche, casi no la veía, ella me dejaba a cargo de una vecina. Yo me sentia muy sola. A mi mamá la veía solo por las noches unos cuantos minutos porque cuando ella llegaba del trabajo, se iba a dormir, ya que al otro día tenia q levantarse temprano.
Era obvio q se vaya defrente a dormir, de seguro siempre llegaba cansada. Pero yo no entiendía eso en ese entonces, era tan solo una niña. Tenia solo 5 años y lo único q buscaba era el cariño de mi padre y mi madre.
Cuando crecí me di cuenta del todo el esfuerzo q hizo mi madre para criarme, y ¿Qué?, este tipo que dice der mi padre nunca hizo nada por mí. Así q cuando cumplí 12 años me me promiti a mi misma. Me prometi odiarlo, preferí eso en vez de extrañar a alguien que en realidad no conozco y esperar a q llegara porque en el fondo sabia que eso nunca iba a pasar.
Si por mi fuera, yo ni lo vería, pero mi madre me esta obligando, no se, ¿Por qué?, ya tengo 16 años y nunca le dije a mamá q necesitaba un padre, quizas antes lo necesite, pero ahora ya no, siempre fuimos solo mamá y yo.
Aún no entiendo porque mi madre insiste tanto en que conozco a mi padre, nunca antes se habia interesado en eso. ¡Es súper raro!
-Adriana, hija, vistete rápido-dice mi madre desde su cuarto.
-Ya mamá-contesto de mala gana y empiezo a poner cualquier clase de ropa.
Podria vestirme como una pordiocera, cosa q así a ese hombre o le da pena y arrepentiemiento o no me vuelve a buscar nunca más. Creo que la segunda opción es mejor.
Pero bueno, no me puede vestir de esa manera. Una porqud mi madre no me dejaria y dos, porque no tengo esa clase de ropa.
"Yo no quiero ir", ese hombre no es mi padre, y nunca lo fue. No se porque ahora se viene hacer le buen padre y me quiere conocer si nunca antes le importo.
-Ya estoy lista mamá-digo y la veo a ella con ropa normal, ni tan arreglada, ni tan desarreglada. Normal, al igual q yo.
-Okey, ya vamos-responde viendo la hora en su célular.
-Antes de irnos, te quiero advertir q yo no pienso hablarle a ese señor, no lo voy hacer-advertí y aunque mi madre ponga su cara de suegra, sé q en el fonfo ella me entiende.
-Hija, él es tú padre, de alguna u otra forma vas a tener q hablar con él-responde en un tono tranquilo, pero me quiere aniquilar con la mirada.
-Si hablo con él, solo será para reclamarle todo lo q tuve q aguantar por su culpa-volví a advertir y mi madre suelta un suspiro intentando obviar mis palabras.
-Ya vamos hija, no te voy a obligar a que hables con él-finaliza la conversación y nos dirigimos a la plaza.
En el camimo todo es silencio, lo cual me permite asimilar la idea de conocer a mi padre y además empienzo a recordar una serie de eventos desagradables en mi vida de mierda.
Estoy apunto de ver a un hombre totalmente desconocido para mí. Solo lo vì por una foto, una fotografía de su perfil. Es rico y yo ¿Qué?, a mí q me lleve la fregada. Mi mamá a tenido q trabajar desde que yo era pequeña, ¿Por qué?, porque este señor no se digno a hacerse cargo de su error.
Cuando madre se entero q esta embarazada, se lo conto y él lo primero q dijo fue: "Tú te haras cargo de ese bebe, yo no voy a cargar con este error". Desde aquellas palabras mi mamá no volvio a verlo y me tuvo apesar de q sus padres, mis abuelos, querían q ella abortara, ya que mi mamá tenia un gran futuro.
Había entrado a una auniversidad privada por medio de una beca, así fue como conoció a mi padre, un riquillo que solo supo dejarla embarazada y no se hizo cargo del paquete, osea no se hizo cargo de mí ni por un día, ni una hora, ni un minuto, ni un maldito segundo.
Se preguntaran como se todas estas cosas si todavia ni nacia. Pues como mi madre iba a trabajar y yo estaba sola, aprovechaba en entrar a su habiatación, con el fin de buscar algo sobre mi padre y ahí fue donde encontre su diario. Tenìa 10 años y ya sabía leer.
No dude en aventurarme en la lectura en aquel pequeño cuaderno de color lila, y luego me arrepentí. Porque aunque no entendia algunas palabras, me dolio, porque supe como mi padre me habia rechazado desde el primer instante q supo de mí.
Desde q estubiaba en jardín, yo veía como todos los niños llevaban a su papà a la ceremonia del "Día del padre". Pero, yo nunca llevaba a nadie, no tenia padre, esa era mi verdad.
Mis compañeras de salón se brulaban de mí por no tener un padre y no había una sola noche q no llorarara por eso. Siempre sufrì por la mala suerte que tuve al tener un padre así.
Llegamos a la plaza y ya lo ví, obviamente lo reconozco porque ya lo había visto antes en fotos.
Ojos verdes, tez blanca, cabello castaño, nariz perfilada, un hombre distinguido, usa ropa formalisisima, esa ropa q usan los riquillos. Pantalon, camisa, zapatos bien lustrados y un saco.
Con solo verlo me daban ganas de vomitarle la cara para q se valla y no se acuerde de mí nunca más en su vida. Quiero que me olvide de la misma forma que lo hizo por 16 años.
-Adriana el es tu papá, Gerardo-dice mi madre y el hombre se levanta de la banca, de frente me escanea a mí.
Trago saliva-Te refieres al hombre q me abandono, no sabía q eso hacía un padre-empiezo con mi ataque.
-Adriana, yo sé q no he sido un buen padre, pero quiero recuperar el tiempo perdido-responde acercandose a mí y yo doy un paso atrás.