Adriana
Una semana
Una maldita semana en la cual no he vuelto a cruzar palabra con Alejandro.
Cuando le dije que ya no queria verlo más, creí que él no se rendiria tan fácilmente por que supuestamente le gusto o le gustaba.
Da igual.
Me llega a la mismisima mierda, Alejandro no es nada mío, ni si quiera es mi amigo, así que no tengo por que estar así.
-¿Pensando en Alejandro?-Roberta se acerca y se sienta a la orilla de mi cama.
-No, ese idiota no merece que ni se le nombre-Respondo de mala gana y ella sonrie.
-Aún te gusta ¿Verdad?-Me interroga, lo raro es que parece una afirmación.
Una semana atrás cuando Alejandro se fue, tuve que contarle todo a Roberta y de hecho ella si le creyo al niño bonito. Yo le conte que él me había dicho que le gustaba, entonces Roberta chillo de emoción practicamente. Me dejo bien en claro que nunca antes Alejandro le había dicho a alguna chica que le gustaba. Ella esta bien informada por su novio Martín.
-No, ni me interesa-Contesto seca.
-Si, es obvio, te sigue gustando-Afirma y camina hacia la ventana.
-No siento nada por él-Rebato.
Eso es lo que quiero, no sentir nada por él, pero no es así. Esta ultima semana lo he visto muy seguido con la tonta esa de Macarena, van en la moto lineal de arriba para abajo, hasta parecen imanes, los detesto por eso.
-Te gusta más de lo que crees y parece que lo estas perdiendo-Me mira y luego gira de nuevo su mirada a traves de la ventana-Ahí esta otra vez con esa pelirroja de ojos marrones-Comenta.
No tiene que decirme su nombre, obviamente que se con quien esta en este momento. Sin embargo, mi maldita curiosidad hace que me asomé por el balcon en la cual esta mi ventana y en efecto, ahí esta él y Macarena.
Se ven sonrientes y felices, en serio los detesto.
Al rato de unos segundos siento su mirada arder sobre mí, ahora él me encuentra mirandolo. Soy tan estúpida que ni si quiera para espiar sirvo.
Sonrie al darse cuenta que lo estoy vigilando. Luego sujeta a Macarena de la cintura y la besa.
Veo como se deboran la boca, lo cual hace que mi rabia aumente. Lo peor de todo es que consiguio lo que quería, hizo que me enfadara al verlo con otra que no soy yo, en otra palabras, estoy completa y estupidamente celosa.
Me adentro a la habitación, me siento en el fondo de mi cama, quedando lo más lejos posible de la ventana. No quiero tener la maldita tentación de querer verlo otra vez.
-Deberías hacer algo-Más que un consejo en una exigencia de parte de Roberta.
-No tengo por que-Fundamento y ella se sienta a la orilla de la cama.
-Yo solo digo que Macarena es muy bonita, él se puede enamorar de ella. Eso si tú no haces nada-Suspiro con pesadez.
-No pienso hacer nada-Aseguro y ella niega.
-No entiendo por que si ambos se gustan, prefieren estar alejados-Curiosea.
-Él nunca me quiso. Si de verdad le gustaba hubiera insistido, no se hubiera ido de mi habitación y no volverme a ver nunca más-Me sincero con Roberta.
Confio ciegamente en ella, es muy buena amiga y me lo ha demostrado.
-¿Qué querías que hiciera?, tú misma le dijiste que no querías volver a verlo, y Alejandro no es un chico que se arrastra frente a una mujer, sabes claramente que él no es así-Con esa respuesta ella me abre lo ojos.
Pero claro. ¿Cómo un chico que nunca le ha dicho a una mujer que le gusta, puede estar a los pies de esta?
Es una reverenda estupidez, Alejandro ya hizo suficiente con decirme que le gustaba. Arrodillarse frente a una mujer y rogarle hasta cansarse, sería demasiado para él. Y no es que quiera que me ruegue, pero si el mismo día, él hablaba comigo y me enredaba en sus besos y caricias, la que hubiera caido rendida a sus pies hubiera sido yo.
-Tienes razón, Alejandro no es así-Reafirmo y ella sonrie.
-Entonces ¿Qué?, piensas buscarlo.
-Ni loca, él esta con Macarena y yo sobro. Además tampoco soy así-Recalco y Roberta exhala estresada.
Soy demasiado orgullosa para decirle Alejandro que me equivoque con él.
-Si ustedes dos no estan juntos, es por que son demasido orgullosos, y por esa estupidez se estan perdiendo muchas cosas-Su voz suena molesta.
-Ni tanto, al menos él esta ganando mucho con Macarena-Y ahí va otra vez, mi orgullo de hembra celosa.
-Es que eres una tonta, Adriana-Esta vez suena realmente molesta, es la primera vez que la veo así-Si Alejandro y tú nunca llegan a tener algo, va a ser solo tu culpa-Finaliza sus reproches y sale como alma que lleva el diablo.
En serio se enfado, pero esta en lo correcto. Todo esto que me pasa con Alejandro es solo mi culpa.
Me canso de echarme la culpa por todo lo que sucede y mejor decido darme una ducha. Para cuando salgo encuentro a Roberta esperandome otra vez.
-¿Qué sucede?-Pregunto buscando una respuesta lo más pronto posible. Ella se ve desesperada y angustiada.
-Nesecito que me ayudes. Alejandro me ha llamado diciendo que Martín esta en el hospital, ha tenido un accidente y no puedo irme por que sino mi mamá sospecharía, nesecito que me ayudes para poder salir de aquí-Me explica todo y su voz es más asgustiante de lo que pensaba.
-Esta bien, tranquilizate-Le pido apretando sus hombros-Voy a ayudarte, vamos-Le indico y la conduzco junto conmigo hacia la cocina.
Ahí encuentro a la mamá de Roberta.
-Dile a tu mamá que te sientes mal-Susurro al oido de Roberta.
Despues nos acercamos a su madre y Roberta pone cara de que algo le duele.
-Mamá me duele el estomago-Su mamá de inmediato se muestra preocupada.
-¿Qué te sucede hija? ¿Te habra caído algo mal?
-Yo creo que debería ir a un hospital-Aconsejo con segundas inteciones.
-Pero no puedo salir, estoy en hora de trabajo-Se excusa su mamá.
-No se preocupe por eso señora, yo llevo a Roberta al doctor-Le comento a la señora y ella asiente complacida.