16 años después...
—Hola tonto ¿Qué haces aquí? -y ahí estaba de nuevo mi gran amiga, Halia.
La conozco desde hace siete años, todos creerían que inventamos la historia de cómo nos conocimos por eso,evitamos contarla a nuestros compañeros, o bueno, yo evito hacerlo, no es un recuerdo muy agradable para mi, incluso mi abuela cree que hablamos solo porque vamos en el mismo salón desde 5to grado, la verdad es que nunca me trató del todo bien, creo que es su forma de demostrar cariño, no lo sé, aunque al inicio me molestaba su actitud ahora ya me he acostumbrado, he logrado aceptarla y quererla por como es.
—Buenos días Hali, también es un gusto verte -hablo sin levantar la vista de mi libro.
—Hoy tendremos una nueva aventura ¿quieres venir? -no la veo, pero juro que puedo sentir su gran sonrisa dirigiéndose a mí.
Suelto un gran suspiro antes de hablar —Sigo sin entender para qué me lo preguntas si de todas formas me vas a llevar
—Bien dicho, vamos -ella cierra el libro que tengo en las manos lo guardo en mi mochila, y levanto la mirada una sonrisa se eleva en mis labios cuando mis ojos cafés chocan con sus grandes ojos color avellana.
Es tan hermosa, nunca te hará caso, eres un gran perdedor.
Escucho decir a la voz de mi cabeza que me acompañaba desde pequeño, siempre que intentaba superar todo lo ocurrido en el pasado ella estaba ahì, recordándome lo poco que valgo. Lo admito, es molesto, pero al igual que con las bromas pesadas de Halia, me he acostumbrado a tolerarlo después de todo.
—¿A dónde iremos? -digo mientras me pongo de pie sacudiendo del pantalón las pequeñas hierbas y el polvo que se le ha pegado. Leer bajo el árbol del parque es una costumbre que tengo desde pequeño, la abuela se molesta por lo sucio que llega mi pantalón en días de lluvia pero no lo puedo evitar, ese árbol se ha vuelto mi lugar seguro desde pequeño.
—A un lugar hermoso, en donde los sueños se cumplen y la adrenalina sube, en donde te sientes vivo y maravill... -la interrumpo de inmediato al darme cuenta de cual es el plan al que me ha obligado a asistir. Tantos años de amistad me han dado el poder de descifrarla la mayor parte del tiempo.
—Me interrumpiste para que vayamos al parque de diversiones otra vez, no me gusta y lo sabes Hali -la miro indignado, no quiero ir, está sería la tercera vez del mes, odio tener que aguantar los gritos y a la gente vomitando después de bajarse de algún juego, es asqueroso -No hagas que me arrepienta por haberte llevado a que lo conozcas el otro día.
—Te compraré el libro que quieras -negocia con una sonrisa en el rostro. Esa tonta sabe como convencerme, aunque a veces odio que me conozca tanto. Siete años de amistad se hacen presentes solo cuando ella necesita algo.
—Está vez no te saldré barato, pequeña -miro su expresión cambiar. Sé que ella odia que alguien se burle de su estatura, pero si quiere que la acompañe tendrá que soportarme.
—Bien -habla seria blanqueando los ojos -serán dos libros y el privilegio de que te burles de mí estatura.
—Es aburrido burlarme si me das permiso, ¿sabes? -rio bajo al acariciar su cabeza -ya, vamos antes que cierren.
♡♡♡
—Llegamos -aviso a la chica que duerme sobre mi hombro cuando el letrero del parque asoma por la ventana -Vamos, despierta Hali -agito con delicadeza su cabeza, ella comienza a despertar.
—Si si. ya estoy despierta -aún suena somnolienta. Se aparta de mi hombro para mirar por la ventana y el sueño parece abandonarla de golpe -Wow que bonito es.
—No es la primera vez que miras el parque, ¿aún te gusta tanto? -pregunto con la mirada fija en su cabello castaño.
—El parque no, él -señala por la ventana, no logro entender sus palabras y me asomo por el cristal viendo a un chico alto de cabello castaño, aunque está de espaldas lo reconozco casi de inmediato, es Suvan, un compañero de nuestro salón.
—¡¡Me trajiste aquí por él!! -grito y todos en el autobús voltean a verme, me avergüenzo al instante bajando la voz y agachandome. mientras Halia solo se ríe por mi escena -Que carajos Hali, ¿qué hacemos aquí?
—Ven ya llegamos -sujeta mi mano y sin esperar una respuesta, me empuja hasta que bajamos del autobús -La verdad es que, él me gusta y quiero que me ayudes para poder hablar con él.
—¿Qué te hace pensar que YO puedo ayudarte en eso? -levanto el dedo índice señalándome a mí mismo. Ella más que nadie sabe que yo no soy exactamente el ser más sociable de este mundo y menos para algo de este estilo.
—Pues...tú te sientas a su lado, ¿no? -me mira sonriente buscando convencerme.
—No te ayudaré, ni siquiera hablamos, incluso creo que le caigo mal, ¿Por qué no te acercas tú? seguro le da igual -la veo tensarse y esconderse un poco mientras sus mejillas van tornándose de color rojo, no logro entender su cambio de actitud hasta que siento una presencia a mi lado acompañado de una colonia que reconocía muy bien, pues la olía siempre a mi lado en el instituto.
—¿A quién se quieren acercar? -una voz masculina habla detrás de mí, y el rostro de Halía se transforma en asombro dándome tanta gracia que dejo escapar una pequeña risa al ver como la niña que hace poco hablaba hasta por los codos, ahora, no puede ni saludar al chico que le gusta -¿Qué es tan gracioso, Lua?
—No es nada, Suvan, ¿Qué haces aquí? -volteo para ver al chico, casi de mi estatura, incluso un poco más alto, me mira fijamente con sus ojos negros,su cabello castaño revolotea con el viento, dibujando en su rostro de piel clara y lisa su característica sonrisa que al parecer volvía loquita a mi amiga.
—Vine a pasar el rato con unos amigos, pero se han tenido que ir rápido.
No le creas, él quiere a Hali, no dejes que te la quite.
Ignoro la voz de mi cabeza, aunque por dentro esté pensando lo mismo, pero de todas formas decido seguir la conversación -Vaya que mal, ¿Quieres pasar con nosotros? - las palabras salen de mi boca como si nada ¿Por qué diablos estoy siendo tan sociable?
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Editado: 29.05.2024