⟡ Capítulo 9 - Un par de carcajadas ⟡

Todos tenían sus cosas preparadas desde el día anterior así que salimos de la casa embarcándonos en los coches asignados; Hali, Aku y yo, vamos en el coche de Suvan, con él manejando, La abuela y sus amigas, van en la camioneta de Susan cargando la comida y las carpas. El viaje es cómodo, Halia y Suvan van conversando en la parte de adelante, mientras que Aku y yo, miramos el paisaje con los auriculares puestos, cada uno en su mundo.

Los autos se detienen en el estacionamiento del parque. Apago la música bajando del coche, el resto ayuda a bajar las cosas que hemos traído en la camioneta y yo me dirijo a pagar las entradas del parque. Salome me da dinero todas las semanas cuando esta aquí y me deja una cantidad considerable cuando viaja, aunque nunca gasto ese dinero ya que no lo necesito; no como en los descansos y voy al instituto caminando así que lo tengo ahorrado todo en una cuenta de banco. Es divertido tener una tía con dinero y sin hijos.

Entramos directamente a los vestidores que hay antes de la salida general al parque; Suvan y yo somos los únicos hombres por lo que ahora estoy solo con Don Perfecto que me quiere matar con la mirada y sigo sin entender la razón, bueno sé que lo amenacé de muerte, pero no es para tanto, ¿verdad? Llegamos bastante temprano al parque para evitar a toda la gente que llegaría, por lo que, aparte de los casilleros, no hay nadie más que nosotros en este cuarto.

Abro es casillero dispuesto a cambiarme para salir a la piscina, no me resulta incómodo el silencio, es bastante acogedor, exceptuando al hombre que tengo a mi lado con un aura bastante pesada, pero decido ignorarlo y desvestirme lo más rápido que puedo hasta que su voz rompe el silencio.

—¿Por qué lo haces? —siento su mirada sobre mí y un escalofrío recorre mi cuerpo. Y ahora ¿Qué hice?

—¿Hacer que cosa? —pregunto intentando no sonar nervioso, soy bueno fingiendo.

—Invitar a Halia a tus salidas familiares —suena molesto

—Yo lo...—estoy por explicarle que Halia desde pequeña siempre ha sido como una nieta para mi abuela, así que no es raro encontrarla en nuestros paseos, yo soy muy callado y la abuela igual, así que ella es como un rayo de luz para nuestras salidas, pero Suvan decide interrumpir. Creo que es su mejor pasatiempo.

—Acaso ¿Te gusta? —mierda, tu no tenías que ser el que se diera cuenta

¿Por qué tu desgracia me divierte tanto?

—¿De qué estás... —siento sus manos sujetarme por los hombros y casi de inmediato un golpe en mi espalda. Ahora me tiene acorralado contra los casilleros sin dejarme hablar.

—Ella es mi novia, lo sabes, ¿no? —su mirada es fría, nunca lo había visto igual, en una pelea; por su tamaño y fuerza; es notorio que él me ganaría así que, pelear no es una opción, pero molestarlo un poco si que sería algo divertido.

—Eso lo tengo muy claro, te la comes viva cada vez que se besan —sonrío —Tengan un poquito de vergüenza hombre.

—Eso te pone celoso, ¿no?, sé cuál es tu intensión con este maldito paseo y déjame decirte que si te veo mirándola...

—Ah ¿sí?, dime, ¿cuál es mi intensión? —lo interrumpo manteniendo mi mirada fija en sus ojos negros, No sé cuánto mide, pero es más alto que yo, por mucho, o quizá solo sea por la posición incómoda en la que estamos.

—No te hagas. Quieres verla en traje de baño, eres un pervertido —¡Bingo! ¿Eso es lo que le preocupa? He visto a Halia muchas veces en traje de baño desde que somos niños, no es nada nuevo. Aunque si tiene una bonita figura. Okey si me estoy pasando de pervertido ahora.

Aguanto las ganas de reírme a carcajadas y me acerco un poco a su oído. —Quizás...a quien quiero ver en traje de baño es a otra persona, ¿no crees? —hablo en un susurró volviendo a mi posición.

—¿D-de qué hablas? — Su cara ahora tiene una expresión de confusión y ¡!Dios!! en serio quiero reírme como que me hubieran contado el mejor chiste de mi vida, pero aún no termino esto sí que es divertido

—Es la primera vez que Halia te invita a una salida conmigo, ¿no?

—S-si

—¿Y de quien crees tú que fue la idea de invitarte, a una piscina específicamente? Acaso ¿no viste quien pagó las entradas? —Halia me había dado el dinero para la entrada de Suvan en secreto, pero obviamente él no lo sabía.

Lo veo alejarse y su cara es un gran premio para mí, no puedo describirla, es como una mezcla de asco, miedo, confusión, no sé; yo solo intento no reírme por cómo me está viendo ahora, es evidente que ya capto que le estaba coqueteando. Confirmo que esta es una de las mejores venganzas por usarme para salir con Halia.

Lo sigo con la mirada viendo como coge sus cosas y sale hacia el baño para vestirse, me siento en el suelo de espalda a los casilleros riéndome como nunca. Cuando salgo de los vestidores veo que todos estaban esperándome reunidos; mi abuela y sus amigas, llevan unas batas de playa de colores, rosa, verde y lila; Halia, tiene su traje de baño de dos piezas color azul que resalta su figura y el blanco de su piel; Suvan lleva una pantaloneta larga de color negro y mantiene su camisa deportiva; Aku por su lado está atenta a la conversación de las mayores, debo admitir que se ve realmente bonita y su cuerpo encaja perfecto con su traje de una pieza color turquesa, su piel clara me sorprende, creo que es aún más blanca que Halia.

—¿Por qué llevas camisa? —escucho que pregunta Aku a su primo cuando ya me he acercado lo suficiente a ellos. Recuerdo lo que pasó hace unos minutos y no puedo disimular la sonrisa que se forma en mi rostro.

—Es verdad, deberías quitártela, pronto va a hacer calor —digo mirándolo aún sonriendo, me fulmina con su mirada a lo que guiño un ojo haciendo que aparte sus ojos de mí.

—Me la quitaré después

Pasan los minutos y todos nos separamos; mi abuela junto a sus amigas está tomando el sol en las sillas de playa; Suvan y Hali están jugando en el agua como niños pequeños; a veces creo que son muy infantiles, quizá por eso se quieren tanto; yo estoy sentado en la piscina con la mente en blanco, solo mis pies tocan el agua; el mal presentimiento sigue en mi estómago y no me gusta ni un poco.