¡porrista en apuros!

12

Despierto y siento que todo mi cuerpo me pesa.

Escucho las voces de mis padres pero a lo lejos.

—Mama —susurro.

—Despertó —oigo a mi mama— Cariño, gracias a Dios de despertaste.

—¿Qué sucedió? —abro mis ojos y me acomodo, estoy en una habitación de hospital.

—Te desmayaste y Klein te trajo.

Instintivamente llevo mi mano a mi vientre y lo miro asustada.

—Está bien, nada le sucedió —me dice mi padre serio, pero preocupado.

—Yo... —intento decir, pero mi mama toma mi mano.

—Está bien cariño, Klein nos contó todo y te apoyaremos ¿Pero por qué no nos dijiste?

—Estaba asustada, habían pasado muchas cosas, pero se los iba a decir, te lo juro—digo casi desesperada.

—Está bien —mi padre me da un beso en la frente y me abrasa.

—Lamento volver a decepcionarlos, ustedes solo cuidan de mí y yo... soy un desastre —lloro.

—No digas eso mi niña —los tres nos abrasamos— Te amamos como si fueras nuestra propia hija y eso jamás cambiara, todos cometemos errores.

—Quiero tenerlo, no debe pagas mis errores.

—Entonces seré la abuela más feliz del mundo.

Les sonrió y después miro hacia afuera.

—Klein y Peter están afuera —dice mi mama apretando de mi mano.

—¿Y Jenny?

—No lo sé.

—Papa, Mama no puedo volver a la universidad, quiero irme, no tengo a nadie ahí.

—¿Y Klein?

—Esta con Jenny, siempre será ella primero.

—No creo que sea así hija, no sabes lo preocupado que el a estado, solo está confundido siempre le ha gustado ella es una costumbre.

—Ya no importa.

—¿Y Peter?

—Hablare con él, pero no querrá saber nada, lo sé y no lo culparía.

—Tengo un proyecto cerca de la casa de vacaciones, vayámonos a vivir ahí un tiempo—dice mi padre viéndome a los ojos.

...

Peter entra despacio a la habitación y se acerca a mí, pero mantiene su distancia.

—¿Qué opinas? —le digo primero.

—No lo sé, debiste habérmelo dicho.

—¿Hubiera cambiado algo?

—Tal vez, ¿Lo tendrás?

—Sí, no te obligare a nada, si deseas estar en su vida estaría realmente feliz, pero si quieres solo esperar y tener hijos con Jenny lo entenderé.

—No lo sé, te odio Jade, ¿Y un hijo a esta edad?

—Cometí muchos errores y lo lamento, enserio, fui cruel y malvada una verdadera perra pero ya no quiero ser así, no tengo nada que aparentar o demostrar.

—Klein te ha cambiado ¿No?

Ignoro su comentario.

—Debes decidirte a final de esta tarde, después será muy tarde.

—¿A qué te refieres?

...

Klein entra tímido y con las manos en los bolsillos del pantalón.

—¿Crees que puedas darme un abrazo? —le digo.

Asiente con la cabeza y me abraza.

—Siempre me ha gustado como hueles —dice en mi oído despacito.

—Gracias por traerme.

—jade, te amo —dice mirándome a los ojos.

—¿Jenny?

—El solo, pensar en perderte... Jenny, ya no me importa, solo tú, lamento lo de tu cumpleaños fui un idiota.

—Aun no veo el regalo que me diste.

—¿Quieres verlo? Tu bolso está ahí.

—Sí.

Se levanta y estira su braza para acercarme mi bolso, para al final acostarse a mi lado, pasando su brazo por detrás de mí.

Tomo el regalo entre mis manos y quito el papel, era un cuadro, un porta retratos, lo giro.



#36768 en Novela romántica
#6008 en Chick lit

En el texto hay: bebe, frienzone, porristasyjugadores

Editado: 23.10.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.