Capítulo 8

El salón de banquetes de la mansión era amplio y refinado, con lámparas doradas suspendidas del techo y una extensa mesa de madera que domina el espacio central. Las paredes están decoradas con tapices antiguos y cuadros de mujeres destacadas. Gianna había aprendido que esas mujeres fueron brujas famosas de la organización. Las jóvenes hechiceras se encontraban reunidas alrededor de la mesa, conversando animadamente mientras saborean la cena. El titilar suave de las velas creaba una atmósfera cálida y acogedora en la estancia.

—Sarah, me siento tan fatigada después de practicar el glamur hoy. Fue extraordinario, pero me dejó exhausta. Planeo retirarme a descansar temprano esta noche. —Gianna bostezó al decirlo.

—Entiendo perfectamente, Gianna. Los rituales de glamur pueden ser agotadores al principio. Pero ¿no te resultó divertido ver cómo podíamos transformar nuestra apariencia? — Sarah asintió con una amplia sonrisa.

—¡Sí, fue sumamente entretenido! Jamás imaginé que sería capaz de lograr algo así. Me emocioné muchísimo al ver el cambio en el espejo. —Respondió Gianna entusiasmada.

En la otra punta de la mesa, Caroline, una joven bruja experimentada con cabello negro y penetrantes ojos verdes, escuchaba la conversación con gesto despectivo. Caroline es alta y esbelta, posee una presencia imponente y un aire de confianza. —¿Realmente te emocionaste por un simple hechizo de glamur, Gianna? Eso es magia elemental. Cualquiera puede hacerlo. —Expresó la joven con una sonrisa burlona.

Gianna se ruborizó ligeramente antes de responder. —Para mí fue algo novedoso y emocionante, Caroline. Todos debemos empezar en algún lugar, ¿verdad?

—No todos tienen tu nivel de destreza, Caroline. Gianna está progresando y aprendiendo muy bien. Deberías mostrar más comprensión. —Dijo Sarah mirando a Caroline con desaprobación.

Caroline se encogió de hombros y continuó diciendo:

—Supongo que sí, pero no puedo evitar pensar que algunas personas se emocionan demasiado por cosas intrascendentes. — Luego dio un sorbo a su bebida.

—Todos tenemos nuestro propio ritmo. Estoy orgullosa de lo que logré hoy. — Expresó Gianna tratando de no mostrarse afectada.

—Claro, Gianna. Sigue disfrutando de tus pequeños logros. Quizás algún día llegues a hacer algo realmente impresionante. —Dijo Caroline con una sonrisa condescendiente.

La conversación en la mesa se volvió más animada a medida que las demás jóvenes brujas intentan desviar la atención de la tensión entre Gianna y Caroline. El ambiente volvió a ser más relajado, aunque Gianna sigue sintiéndose un poco molesta por el comentario de Caroline.

—No dejes que te afecte, Gianna. — Le susurró Sarah al oído. — Estás haciendo un gran trabajo. No todos tienen la misma sensibilidad o capacidad de apreciación, —continuó mientras la toma del brazo con apoyo.

—No dejaré que me afecte. Estoy aquí para aprender y mejorar, sin importar lo que digan los demás. — Respondió Gianna sonriendo ligeramente por el apoyo.

*****

Elena quien igualmente se encontraba con las otras muchachas se levantó de su asiento sin decir palabra y caminó hasta la cocina. Gianna notó el cambio en su samblaje. La cocina de la mansión es un lugar cálido y acogedor, con una gran chimenea en una esquina, estantes llenos de frascos y hierbas, y una mesa de madera rústica en el centro. El aroma de especias y pociones llenaban el aire. Sentado en la mesa estaba Ethan envuelto en una sombra que parece pulsar con vida propia, sus ojos brillaban más intensamente de lo habitual.

—Me he dado cuenta que has hablado con Gianna. — Dijo Elena con un tono de seriedad. —Ethan, hemos tolerado tu presencia en nuestra mansión por un tiempo, pero hay límites que no debes cruzar. Gianna está completamente prohibida para ti, — continuó.

—Elena, sabes tan bien como yo que hay fuerzas que ni siquiera tú puedes controlar, —dijo sonriendo con una mueca que mezcla desafío y fascinación. —Algo en Gianna me atrae. Es una conexión que no puedo ignorar. —

—No me importa lo que sientas, —respondió Elena con severidad. — Gianna es la elegida y no permitiré que un ser como tú interfiera en los planes de la Organización. Ella tiene un destino importante, y tú no formas parte de él, jamás lo permitiré. —

Ethan se acercó a Elena sus ojos brillaban intensamente. —¿Y si te dijera que su destino y el mío están entrelazados? Hay algo en ella, una energía, un poder que me llama. Quiero descubrir qué es. No es solo deseo Elena. Es algo más profundo. —

Elena alzo su ceja, —¿Más profundo, dices? ¿Y qué crees que encontrarás? ¿Piensas que ella te pertenece solo porque sientes esa atracción? —Preguntó la bruja.

—No se trata de pertenencia. Es como un imán. —Dijo Ethan mientras cruzaba sus brazos, su mirada se volvió más seria. —No puedo evitar ser atraído hacia ella. Cada vez que intento alejarme, algo me empuja de vuelta. Es como si estuviéramos destinados a encontrarnos.

—Ethan, si realmente sientes esa conexión, debes ser consciente de las consecuencias. —Dijo Elena comprendiendo la gravedad del asunto. Lo último que quiero es un conflicto entre la Organización y los demonios, ustedes no están en la mejor posición ahora mismo. Gianna es joven y vulnerable a tus encantos. No voy a permitir que la dañes.

—No tengo intención de hacerle daño, Elena. Quiero entender. Quizás haya algo que podamos aprender juntos. Algo que beneficie a ambos mundos. — Dijo mirando a Elena con intensidad.

—Si hay algo de verdad en lo que dices, entonces te advierto: un solo paso en falso, un solo indicio de que estás perjudicando a Gianna, y serás desterrado de esta mansión para siempre. ¿Está claro? Yo misma te entregaré a la Organización. —

—Muy claro, Elena. — Asintió Ethan. No subestimes mi respeto por ti. Trataré con cuidado.

—Espero que cumplas tu palabra, Ethan. —Respondió Elena con una mezcla de preocupación y determinación. —Por el bien de todos.