LUCERO tembló de frío, ahora no era la joven poseida por VANITY al contrario era ,tímida, sensible y frágil.
Paolo vio la piel de ella erizada y fría.
SE despojó de su abrigo y procedió a abrigarla quedando sus brazos rendidos en aquel cuerpo delgado.
Sus labios se atrajeron con dos fuerzás magnéticas que salían del corazón ambos respiraban a milímetros el aliento hechizado por lujurioso deseo de atracción y seducción.
LUCERO, temblaba como niña inocente aún que aquello no era su primera vez de estar en los brazos de un hombre, era el único momento que lo hacía con sentimientos.
Sus labios se enrojecieron, sus manos sudaban, su corazón palpitaba aceleradamente, su respiración era más profunda y salía con más lentitud.
Paolo recorrió su espalda hasta el centro, la pegó más a su pechos varoniles con vehemencia y pequeños mordiscos, empezó a besar aquellos labios, ella casi que no tenía fuerzás y derretida en los brazos de ese hombre extraño ,pero seducida inconscientemente.
Estaba rendida totalmente que se dejó quitar sin oponerse la blusa que llevaba, debajo de aquella blusa había el fruto de la pasión.
Al sentir los labios de Paolo ella lo atrajo con un fuerte jalón a su seno, quedando un instante paralizado en aquella escena.Paolo se sentía como dominado por un deseo desenfrenado.
Mordia su cuello, jugaba con su pelo,
La sostuvo por mucho tiempo en su boca.
Un giro y ella le dio la espalda, provocando a un más la lujuria que poseía a Paolo.
Bajaron al asiento trasero del vehículo y allí ella extendió sus manos, y se dejó recorrer todo su cuerpo delgado.
LUCERO aunque había hecho el sexo con otros, nunca había hecho el amor.
Y es que el amor sin pasión y deseo no puede hacerse.
Paolo había sido su primera vez .
Nunca había dicho, -quiero más- a un hombre .
Y no paraba de decirle a Paolo- mas,-mas-más.
Descontrolada clavando las uñas delicadamente gritó el nombre- paoooooolo-
Quedando tendida allí,respirando continuamente con un cansancio y satisfacción.
En aquel mundo frío del ser transparente había ocurrido lo inesperado.
El modelo de vanidad había sido seducido y poseido.
Había que matar a LUCERO y Paolo. Habían descubierto la satisfacción del sentimiento.
No era posible esa relación.