Prai-Isu: El inicio de la Guerra

Capítulo 4

Kati recobro la conciencia después de unos cuantos minutos de estar inconsciente. Sin embargo, espero a que su vista fuese más clara y así observar a su alrededor.

—¿Dónde…? ¿Dónde estoy? —se pregunta a sí misma.

Intento levantarse, pero un dolor en su pierna derecha lo impidió.

—D—Duele… —alza la mirada—. La caída si fue profunda.

Se levantó con dificultad del suelo y limpia un poco su ropa.

—¿Dónde estarán las demás? —se cuestiona tras analizar el hueco donde se había metido—. Supongo que tendré que trepar —suspira fastidiada y se dispone a escalar.

Mientras tanto, el grupo de amigos estaba llegando al lugar de los hechos.

—Agur ¿Estamos cerca? —pregunta Elvira.

—Sí, es más adelante —indica.

—Bien, nos dividiremos para buscar gente afectada o dañada por el sismo, tesoros, residuos o artefactos —ordena Florián.

—Antes que nada —Agur les entrega a todos una especie de reloj con una pantalla en él.

—¿Qué es esto? —pregunto Leonardo.

—Es un comunicador —respondió Agur—. Nos servirá para estar en contacto cuando estemos nos separados, como en esta ocasión.

—Tus inventos siempre son interesantes —alaga Clelia, aunque es cruelmente ignorada por Agur.

—De algo sirve estar tanto tiempo encerrado en tu laboratorio —comenta Florián—. Bien. Al terminar de inspeccionar nos volveremos a ver aquí. Nos vemos —se despide y se va velozmente entusiasmado.

—Él no tiene remedio —comenta Agur.

—Ni que lo digas —apoya Elvira.

Todos siguieron la orden y se fue cada quien a buscar algo interesante.

Kati, por su parte, había terminado de escalar el hueco donde había caído. Al salir de este, no tardo en escuchar unas ramas moviéndose detrás de ella. Inmediatamente, se coloca en guardia. Se trataba de un robot.

—¿Qué es esto? —ella bajo la guardia mientras observaba al robot.

El robot se detuvo a unos cuantos centímetros de ella y se encargó de inspeccionarla. No tardo mucho para que sus brazos metálicos se transformaran en dos pistolas.

—Destruir —pronuncio la máquina y se dispuso a disparar.

No muy lejos de ahí se encontraba Florián, inspeccionando el área designada. Alcanzo a escuchar el sonido de los disparos, pensando que se trataba de algún ataque enemigo, se dispuso a ir hacia el origen del alboroto.

Al estar más cerca, se esconde entre los arbustos para observar la escena. Pudo apreciar el robot y rápidamente lo identifico.

—Es un robot de los Hostil—us —sus ojos se encontraban asombrados, pues cavia la posibilidad de que todo fuera un plan de sus enemigos.

Podía observar el humo creado por los disparos. Creyendo que se trataba de un ataque se disponía a atacarlo, pero al disiparse la niebla se percata de la presencia de Kati.

—¿Una chica? ¿Qué hace ahí? —estaba angustiado por el destino de ella.

—Cambiar armas —dijo el robot tras ver que los disparos no funcionaban en ella.

Florián no iba a observar solamente, pero cuando se disponía a salir de su escondite, Kati había desaparecido, trato de buscarla con la mirada al igual que el robot.

—¿Dónde se metió? —pensó ya algo frustrado.

Sin dejarlo pensar más, Kati salto de uno de los árboles, colocándose detrás del robot, dispuesta a darle un golpe. Pero el robot fue más rápido y termino disparándole, con ahora cañones.

Florián no pudo reaccionar, solo apretó los puños con fuerza, pero todo ese enojo se desvaneció al escuchar un bostezo.

—¿Eso es todo lo que tienes? —Kati se burlaba de él.

Estaba recostada en el brazo izquierdo del robot.

—¿Qué? —Florián estaba sorprendido, no se había percatado de cuando se había movido.

El robot estaba por golpearla con su brazo derecho, ella se levantó y salto, pero con la herida en su pierna derecha no logro que el salto tuviera la suficiente fuerza y rapidez. La máquina aprovechó esta ventaja y le disparo estando en el aire.

Kati cayó al suelo, aunque la viera a distancia, Florián podía apreciar un poco de sangre.

—Je —fue lo único que dijo Kati al levantarse lentamente del suelo.

Su mano izquierda estaba sobre una herida en su brazo derecho. Estaba sangrando mucho, el golpe fue directo.

Nuevamente, el robot la analizo una vez más, pero algo estaba mal en ella.

—Objetivo… ¿Muerto? —a pesar de ser una máquina, se encontraba confundido, aunque no era el único. Florián lo escucho atentamente, estaba boquiabierto.

Kati sonrió y rápidamente salió de la vista de ambos, en un segundo se encontraba detrás de la máquina y la pateo, cuando el robot volteo ella ya no estaba ahí, sino encima de ella, y lo vuelve a golpear. Realizo esta misma dinámica una y otra vez.



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En el texto hay: magia, fantasia épica, drama accion

Editado: 06.10.2021

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