Prai-Isu: El inicio de la Guerra

Capítulo 6

Es entonces que el comunicador suena, Florián suspira y lo contesta. En el aparato se puede ver a Agur.

—Florián —habla para verificar la transmisión.

—Sí, soy yo ¿Qué pasa?

—No me reuniré con ustedes como habíamos acordado antes.

—¿Por qué?

—Me encontré a una chica llamada Jil, al parecer tiene una contusión en la cabeza y voy a tratarla en el laboratorio —explica—. Para que les avises a los demás.

—N—No es nada serio, p—pero él insistió —comento Jil. Agur solo le lanza una mirada molesta—. Pero tiene razón —se corrige.

—Bueno, está bien. Entonces te veo en casa —aclaro Florián.

—Sí, adiós —Agur cuelga la transmisión.

Inmediatamente decidió llamar de uno en uno. El primero al que llamo fue a Elvira.

—¿Alo? ¿Elvira? —pregunto para verificar la transmisión.

—Estoy algo ocupada ¿Sabes? —respondió Elvira algo molesta.

Podía apreciarse que estaba moviendo su mano derecha, en señal de defensa y ataque.

—¿Estás bien? ¿Estás en problemas? —pasaron unos segundos de sus preguntas y Elvira no contesto, hasta que logro empujar a su acompañante.

—A decir verdad… Creo que no —dijo al poner el comunicador en una posición adecuada, para que pudiera verse bien su cara.

Sin embargo, su enemigo quien estaba en el suelo, se levantó y se disponía a atacarla por la espalda.

—¡Elvira, cuidado! —advirtió Florián.

Rápidamente, Elvira respondió con una patada hacia atrás, pero el hombre sujeto su pierna y la lanzo. Fue entonces que la transmisión se cortó.

—¡Elvira! ¡Elvira! —llamaba Florián, pero no obtuvo respuesta.

El comunicador, además de su uso tradicional, también era como un rastreador, y podían verse la ubicación de cada uno que lo tenía. Así que Florián lo hizo y sin perder tiempo se dirigió rumbo a salvar a Elvira.

Lo que había pasado es que el hombre había aventado a Elvira hacia un árbol, provocando que el comunicador se rompiera.

Elvira cayó sin fuerzas al suelo, a pesar de que su cabello tapo su rostro por completo, podía verse la sangre salir de su boca, originada por el golpe de antes.

El hombre se iba acercando a ella, pero una navaja paso al lado de su mejilla dañándolo un poco. Elvira le había lanzado una cuchilla en forma de estrella de cinco picos.

—Aún no he terminado —pronuncio Elvira en pausas con cada palabra, su respiración estaba agitada.

El hombre solo se burló y sé acercando a ella.

Elvira sacó otros cuchillos de sus piernas, estaba dispuesta a clavárselas, pero él era más fuerte que ella. La agarró del cuello y la arrincono en el mismo árbol. Ella soltó los cuchillos, pues él, la estaba ahorcando.

—Ya no eres tan valiente ¿Verdad?

—Cinthia ¡No! —grito Fivi.

El hombre sintió un peso en su espalda, Cinthia se había lanzado hacia él.

—¡Suéltala! —grito con fuerza. El hombre movió un dedo de su mano izquierda, lanzado a Cinthia hacia atrás.

—Lo sabía, eres un Hostil…, un Hostil—us —pronuncio Elvira con dificultad.

—Denle un premio a la chica, o mejor aún, yo se lo doy —sonrió macabramente.

—¡Alto! —alzo la voz Fivi.

El hombre la miro por unos minutos y entre cerro sus dedos, haciendo quedar a Fivi encerrada en una especie de camisa de fuerza.

Fivi, estuvo de espectadora, horrorizada con la escena, no sabía qué hacer, y aunque lo supiera, no podría hacer nada, estaba atrapada.

Apretaba los puños con fuerza, mientras cerró los ojos y esperaba que ocurriera lo peor.

—No… No… —Se repetía una y otra vez—. ¡No! —susurró mientras la impotencia se convertía en lágrimas.

De pronto la cuchilla en forma de estrella se clava en una de las ramas del árbol envuelta en llamas, esto provoca que el hombre se gire para ver a la persona quien lo hizo.

No era nadie más que Kati en una de las ramas de un árbol.

—¿Quién eres tú? —pregunto molesto.

Fivi mira en la dirección de la mirada del hombre, logrando que por fin sintiera alivio.

Kati bajo del árbol y lo miro fijamente.

—¿Yo? —se señala y sonríe—. Soy tu peor pesadilla.

—Kati… —pronuncio Fivi con alegría.

—Perdona la tardanza —junta sus manos y sujeta una bola imaginaria—. ¡Firebomb! —de pronto se crea una bola de fuego de entre sus manos y la lanza hacia el Hostil—us.

Él suelta a Elvira para protegerse, es entonces que Kati la rescata y la deja al lado de Fivi. En cambio, la bola de fuego al estar lo suficiente cerca de él, exploto.

Afortunadamente, la explosión lo mando lejos de ellas. La tensión había terminado, así que aprovecho para asegurarse de la seguridad de todas, empezando por Fivi.

—¿Estás bien? —acaricia una de las coletas de Fivi.

—Sí, no te preocupes —respondió con pena.

—Me alegra.

Kati levanta con cuidado a Cinthia del suelo.

—¿No te lastimaste? —le pregunto.

—U—Un poco, en la rodilla —le muestra el rasguño.

—Oh no… —la revisa.

—Yo puedo curarla —dijo Elvira levantándose con dificultad, estaba por volver a caerse, pero Fivi la ayudo.

—Estás muy herida —dice Kati.

—Je, no me creas una inútil por estas heridas —alza la mirada y le sonríe amablemente.

Antes de que Kati pudiera cuestionarla, ella creyó escuchar unos pasos muy familiares. Era Florián.

—¡Elvira! ¿Estás bien? —La ayuda a equilibrarse.

—Esto… Esto no es nada —se excusa.

—Debiste pedir ayuda —reprimió Florián—. Enfrentarte a ese tipo tú sola.

—No lo hizo sola —añadió Cinthia. Florián la miro confundido—. Esa chica la ayudo.

—¿Chica? —Mira a Elvira.

—Sí… Una chica de cabello ondulado, color rosado llego y… me rescato —dijo eso último algo molesta.

—¿Cabello ondulado color rosado?

—Sí, ¿qué pasa? —Elvira lo mira confundida.

—¿A dónde se fue? —pregunto ansioso.



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En el texto hay: magia, fantasia épica, drama accion

Editado: 06.10.2021

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