Prai—isu: El Reino Perdido

Epilgo

Coraline entro a su cuarto y cerró la puerta con llave, abrió un pequeño libro, respiro hondo y comenzó a escribir.

“El día de hoy fue agotador... Los problemas del pueblo están casi terminados, ha sido difícil ganarme la confianza de todos aquí, y no es de menos ¿Cómo confiarías en alguien que te causo tanto sufrimiento durante tantos años? Yo tampoco lo haría.

Aún sigo creyendo que hay una diferencia entre plebeyos y de la realeza, Mike dice que no debo pensar así, pero eso es parte de mí. Mama no era así, pero yo no soy mama.

Las pastillas que me dieron Agur y Clelia me hacen sentirme algo tranquila. A veces olvido como me estoy comportando y cambio rápidamente de opinión, Jasón dice que se trata de bipolaridad, pero no sé si sea cierto. Son cosas de gente intelectual y aburrida.

La puerta de la habitación suena. Coraline se levanta y abre la puerta.

—Tus pastillas —le extiende un vaso con agua y una píldora.

—Sí, sí. Luego me comporto como loca, ya lo sé —las toma.

—Recuerda que me iré en un par de horas —advierte.

—Cierto... Hablamos mañana sobre la barrera del pueblo entonces.

—Si. Hasta la tarde —se despide y se va.

Coraline se sienta y continúa con su escritura.

“Hablando de Jasón, te contare. Quiere ir a la escuela, ya la habilitamos y la adaptamos a lo más actual, gracias a la información recolectada por Jasón. Hoy ira a hacer un examen para determinar el grado al que debe asistir. Estoy en contra de eso, porque considero que debe centrarse en el pueblo, pero quise darle estar oportunidad.

Después de todo, Lucy dice que debo apoyarlos más, así como ellos me están apoyando en mejorar como persona. Somos familia y las familias se apoyan entre sí.

Mike siempre está encerrado, la verdad no hemos tenido gran comunicación, me ha ayudado y apoyado como Jasón, pero no sé lo que le gusta o lo que quiere, no sé cómo acercarme a él, pero Jasón dice que no debo preocuparme.

Estoy algo nerviosa, no sé si ahora estoy haciendo las cosas bien, pero trato de esforzarme un poco más cada día. Lucy viene a visitarme de vez en cuando o me envía algún mensaje o video llamada. Cada vez que la veo, me recuerda a mi madre...

He estado pensando en el tratado de Abi, lo he estado consultado con Zully, pero no estoy del todo convencida. No veo una amenaza real como para tener que protegernos la una a la otra.

También me he estado comunicando con Kati, si, el demonio de la piedra. Lucinda la sello ahí, no es tan mala como pensaba, aunque es demasiado molesta e irritante. Quizás investigue un poco más sobre su pasado o le pregunte en un día cercano, a—aunque no es que me importe, o algo parecido.

Madre... No pienso ser como tú, tú no cuidabas el reino, lo hacía papa. Papa tomaba las decisiones, pero yo solo te veía a ti, y como todos te amaban, quería ganarme ese amor y pensaba que, si traía a Lucinda conmigo, seria así.

Pienso ser mejor que tú ahora, y espero que estés orgullosa de mí por ello. Ahora debo irme, necesito investigar sobre cómo mejorar la seguridad alrededor del pueblo y sobre el comercio, para debatirlo mañana con Jasón. Hasta pronto.”

Coraline cerro el diario, se levantó y salió de la habitación con un peso menos encima.




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