♡ :  REGLA #VI

[EVITA LOS CENTROS COMERCIALES POR EL RIESGO DE ENCONTRARTE CON TU EX MIENTRAS SOSTIENES BOLSAS DE LENCERÍA POCO MASCULINA QUE FANTASEAS USAR PARA SU PADRE.]

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JEONGIN.

—Mañana a las nueve de la mañana —dice, volviendo a las andadas. Es interesante verlo pasar de serio a informal y viceversa. Parece un hombre que se esconde detrás de un traje y su escritorio.

Me pregunto si alguna vez se suelta y se relaja. ¿Hace chistes, ve televisión de mala calidad, se emborracha tanto que dice algo realmente embarazoso? Pagaría por ver eso. Seungmin no se parece en nada a él. Seungmin no tiene filtro, es real y crudo. Es un tipo duro, y tal vez eso es lo que me atrajo de él en primer lugar.

Nos conocimos en la cafetería en la que trabajó durante un tiempo antes de que pasara por algo en casa, de lo que nunca me habló. Dejó de venir al trabajo y lo despidieron. Pero me quedé con él. Quería las partes rotas de él porque pensaba que si podía amarlo a través de la tormenta, sería recompensado con un amor más intenso y embriagador.

Me equivoqué.

En lugar de apreciarme por permanecer con él en su peor momento, me culpaba de las pequeñas cosas cuando su vida parecía ir bien. Yo no era el pegamento que lo mantenía unido; era el pegamento que lo mantenía en su dolor y le recordaba su pasado.

Después del trabajo, me dirijo directamente al centro comercial, porque no tengo nada de lo que se pondría un asistente. Me imagino una camisa abotonada y unos pantalones negros, así que a eso voy. La verdad es que es mucho más difícil de encontrar de lo que esperaba. Pero al final encuentro algo. Unos pantalones por encima de la rodilla negros de poliéster que, incluso yo mismo tengo que admitir, hace que mi culo parezca de un millón de dólares. Una camisa blanca de tejido casi transparente, y luego, sólo por diversión, me meto en la tienda de lencería para comprar varios conjuntos de ropa interior y esos pequeños clips que sujetan mis medias hasta el muslo.

Comprar lencería para un nuevo trabajo de asistente es innecesario, pero es que estoy de ese tipo de humor. Además… con lo que sé de su negocio, quiero sentirme sexy bajo mi ropa.

Mientras estoy frente al espejo del vestuario, mirándome, pienso en lo que dijo Hyunjin en su oficina.

¿Realmente la mayoría de la gente tiene una manía oculta que teme admitir?

Tiene sentido. Creo que la mayoría de la gente probablemente piensa que esos deseos ocultos son malos y pecaminosos, pero, ¿qué tiene de malo? Quiero decir… nunca me consideré sexy antes, pero mientras contemplo mis curvas llenas y la suavidad carnosa de mi vientre, me encanta cómo me veo en esto. Veo algo sexy que nunca antes había visto. Mi culo es estrecho y redondo, y la plenitud de mis muslos se ve caliente en estasmedias.

¿Qué puede tener de malo ser la mascota, el sumiso o el esclavo de alguien? En el sentido lúdico, por supuesto. Mientras sea consensuado y todos tengan algo que ganar, no veo por qué es tan tabú.

No voy a castigarme por querer sentir lo que sentí de rodillas por él. Un hombre como Hyunjin… yo podría ser ese chico.

Quiero decir… en las fantasías de mi cabeza, por supuesto. Sólo me contrata para hacer papeleo, nunca querría a un tipo como yo para eso. Para empezar, está tan fuera de mi alcance, que bien podría estar en el espacio. Hwang Hyunjin probablemente sale con mujeres que carecen de necesidades y hombres que no viven en la casa de la piscina de su madre. Es tan maduro y guapo y rico, que apuesto a que crían personas especialmente para él. Probablemente no se muerden las uñas o comen comida frita, y definitivamente no llevan a su hermana pequeña a patinar todos los sábados por la noche.

Mientras tanto, yo compro mi ropa interior en Target, y no ocupo un shampoo que cueste más de seis dólares.

Por otra parte, es el padre de Seungmin. Eso es raro. Y malo. Minnie se volvería loco si lo supiera. Estoy bastante seguro de que se volvería loco si se enterara de que estoy aceptando este trabajo, pero ya no me apunto a “las cosas que le importan a Hwang Seungmin”.

Espera, ¿sabe algo de la empresa de su padre? Seguro que sí. Tal vez por eso no le agrada. Tal vez no lo aprueba.

Tiene sentido, supongo.

Después de comprar la ropa interior en blanco y negro, me gasto todo el cheque de la cafetería en ropa para mi nuevo trabajo. Mientras atravieso el centro comercial con unas ocho bolsas en las manos, veo un paso familiar caminando delante de mí. El jodido Seungmin está cruzando el pasillo desde el patio de comidas hasta la tienda de videojuegos. Está con… una chica.

Sí, una chica. Género femenino.

Y por más que intento detenerme y girar hacia el otro lado, él me ve. Entonces se convierte en un incómodo encuentro en el que ambos desearíamos no habernos mirado. En este punto, sería demasiado extraño dar la vuelta y evitarnos por completo. Así que sigo caminando hasta que nos separa un palmo de distancia.

—Seungmin, hola —balbuceo, reajustando las bolsas que cortan la circulación de mis manos.

—Hola, Innie —dice con muy poco entusiasmo—. Uh, esta es Bahiyyih.

Le hago un saludo incómodo.

—Has hecho algunas compras —dice, y yo miro hacia abajo para fijarme en la enorme bolsa de lencería que hay delante.

—Sí, bueno, tengo un nuevo trabajo —digo con orgullo.

Tienes toda la razón, voy a presumir un poco de ello, aunque decida omitir dónde está o para quién trabajo.

—¿Qué es?

—Uhm… un puesto de asistente ejecutivo —digo.

Se burla, con una media risa, y siento una fresca brisa de decepción que me recorre. Entonces vuelve a mirar la bolsa de lencería y levanta las cejas.

—¿Necesitas algo de esa tienda para tu nuevo trabajo de asistente?