Praise ❃ Hyunin

♡ :  REGLA #XXII

 

[SI LO QUIERES, TÓMALO.]

════ ∘◦❁◦∘ ════

JEONGIN.

—Tal vez, en lugar de salir, podemos pedir comida y pasar el rato en tu casa —dice Seungmin, mientras pone su mano en mi muslo mientras conduzco. Un amigo lo dejó en casa de su padre, lo que me hace preguntarme si este era su plan desde el principio.

Se me eriza la piel sólo con su contacto.

No puedo decir si Hwang Seungmin ha cambiado, si yo he cambiado o si toda la dinámica entre nosotros lo ha hecho. Pero no hay química, ni chispas, ni nada de lo que teníamos antes. Este chico por el que solía estar tan enamorado, al que dejé que me hundiera tanto… ya no puede hacerme daño.

No me siento como el mismo chico con el que rompió, y quizás no lo soy. Me gusta esta nueva versión de mí, la que Hyunjin ayudó a construir de nuevo.

Dios, incluso el pensamiento de su nombre me hace sentir náuseas.

Tuvimos un momento, y estoy bastante seguro de que estábamos a punto de tener un momento aún más grande, pero entonces apareció Seungmin y Hyunjin no pudo desprenderse de mí lo suficientemente rápido. Me dolió, sobre todo después de ese discurso de “no tienes ni idea de lo que quiero hacerte”.

En el momento en que su hijo entró por esa puerta, mi esperanza se hizo añicos.

—Uhm… eso suena bien. ¿Pizza?

—Claro. Podemos pedirla en tu casa.

—De acuerdo —respondo con una sonrisa forzada.

—Entonces, ¿te gusta mucho trabajar para mi padre? —pregunta.

—Sí, así es. Y dice que podría ascender fácilmente a la dirección del negocio.

Seungmin se burla.

—No con ese negocio, espero.

Mi mano agarra el volante cuando entro en la calzada. No sé cuánto hace público Hyunjin sobre el club, o si todavía utiliza el servicio de citas como fachada, así que decido mantener la discreción.

—¿Qué tiene de malo la empresa?

—Ya sabes lo que hacen allí, Innie. Vamos. No te hagas el tonto.

—No me estoy haciendo el tonto —respondo.

En ese momento, veo a mi hermana pequeña al otro lado del patio y se me encoge el corazón. Está sentada en la puerta con una de sus amigas, las dos hablando por teléfono, mientras levanta la vista y ve a Seungmin saliendo de mi auto.

Maldición.

—Oye, pitufo. ¿Quieres pizza? —le pregunto.

Sus ojos van de un lado a otro entre Seungmin y yo antes de negar con la cabeza.

—No, gracias.

El arrepentimiento me golpea con fuerza.

Yuna está decepcionada de mí, y lo odio. Nunca le ha gustado Seungmin, así que seguro que no va a acompañarnos a comer pizza.

—Vamos, bebé —dice el mayor, pasándome un brazo por encima del hombro, y puedo sentir a Yun observándonos mientras desaparecemos en el patio trasero, dirigiéndonos directamente a la casa de la piscina.

Todo en mí me dice que cancele esto, que lo lleve a casa y que olvide lo que ha pasado. Está claro que Seungmin tiene expectativas sobre esta noche y no quiero tener que defraudarle.

Porque eso no va a suceder.

Hace dos horas, creía que era Hyunjin con quien me iba a poner cariñoso.

Cuando entramos en mi pequeño estudio, compruebo mi teléfono, buscando algo de mi jefe, pero solo hay silencio. Seungmin se deja caer en mi cama, y parece estar de tan buen humor que casi me da pena tener que decirle que esta noche no va a terminar como él quiere.

—Voy a cambiarme de ropa —le digo, caminando hacia el baño, pero me agarra de la mano antes de que pueda llegar.

—Innie, espera.

De repente, estoy en su regazo. Y no digo nada. ¿Por qué no digo nada?

—No quería estar a solas contigo sólo para tener sexo —dice, y mis ojos se abren de par en par.

—Minnie, no vamos…

—Realmente quiero otra oportunidad. Sé que fui un novio de mierda. Sólo estaba pasando por cosas con mi padre.

Mis hombros se ablandan y la compasión inunda mi sistema.

—¿Por qué nunca confiaste en mí? —No saco la parte del engaño porque ahí es donde las cosas se calientan y se hace imposible conseguir que hable o se abra a algo.

—Me daba vergüenza —responde suavemente—. No quería que supieras que mi padre era un… bicho raro.

—No es un bicho raro —respondo.

—También podría ser una estrella del porno o un chulo, Jeongin. Todo su trabajo gira en torno al sexo y algunas cosas realmente pervertidas. No es normal…

—Pero es normal —argumento, intentando zafarme de sus brazos, pero él me sujeta con fuerza.

Odio no haber luchado más. Y es como si no me oyera, mientras sigue hablando de lo terrible que es su padre. La bilis me sube por la garganta.

—Y pensé que si él era un loco del sexo… quizás yo también lo era. Por eso… hice lo que hice.

Mi columna vertebral se pone rígida.

—¿Hablas en serio ahora? —Me pongo a gritar—. ¿Vas a culpar a tu padre de que me engañaras? ¿Dejaste que una chica nueva del trabajo te hiciera una mamada en la sala de descanso porque tu padre es dueño de un club de sexo?

Veo que el argumento está creciendo en él, pero me siento tan acalorado y enfadado ahora mismo que podría gritar.

—Te dije que era el mayor error de mi vida. Te dije que estaba pasando por muchas cosas, y…

—Seungmin, rompimos por una razón. No estábamos bien juntos…

—Bebé, te necesito. —Me aprieta más, acurrucando su cara en mi cuello, y todo se siente tan mal.

¿Bebé, te necesito? ¿Desde cuándo me llama bebé?

Y ciertamente nunca me ha necesitado.

Esto se detiene ahora. Finalmente me alejo de él para ponerme de pie. Parece decepcionado, frunce el ceño y aprieta los labios en una línea apretada.

—No me necesitas, Seungmin. Necesitas madurar —argumento—. O tal vez sólo necesitas que alguien te ponga por fin en tu sitio, porque yo no voy a volver a las andadas.



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En el texto hay: hyunjin, jeongin, hwang

Editado: 30.07.2023

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