–Sasha... ¡Despierta! –gritó Matt.
–¿Matt? –dije confundida mientras con todas mis fuerzas intentaba abrir mis ojos.– ¿Qué haces aquí? Espera... ¡¿Cómo está tu cabeza?!
Matt río.
–¿Mi cabeza?¿De qué hablas? Ya levántate.
–Matt alto ¿Qué haces aquí? y... ¿Dónde están mis padres? –pregunté mientras me ponía de pie.
–Se fueron, dejaron una nota antes de que fuéramos a la fiesta ¿No lo recuerdas? –preguntó sorprendido.
La nota.
–Pero la nota decía que iban a regresar, de todas formas eso no explica el hecho de que estés en mi habitación mientras yo me encuentro en pijama –reproché con mi ceja derecha levantada.
–Por cierto, lindo pijama de ponis, –río y yo me sonrojé ante su comentario
–No son ponis, son unicornios –me defendí.
<<En mi cabeza había sonado mejor>> pensé.
Revoleó sus ojos y sonrió.
–Uh, todavía mejor –dijo sarcásticamente–, yendo al grano, esta mañana tus padres pasaron por casa y me dijeron que viniera a verte porque ellos van a salir de la ciudad y sospechaban que te quedarías dormida así que me dieron tu llave.
–Ah bien, no solo se van sin avisar sino que te dejan entrar a MI casa con MI llave.
–Técnicamente no es tu casa ni tu llave, es de ellos, además deberías agradecerme por lo de anoche.
Fruncí mi ceño confundida.
–Tú deberías agradecerme a mí –dije orgullosa.
–¿Por qué debería? Si bien recuerdo yo tuve que cargarte toda la noche por tu mal estado señorita Vodka.
¿Acaso había oído bien?
–Espera ¿Qué dijiste? –pregunté sorprendida.
–Sasha, fuiste a la barra y no regresaste más, cuando fui a buscarte no solo estabas ebria y con un olor impresionante a Vodka sino que estabas abrazando un poste ¿Enserio no recuerdas nada?
Me levanté con la mirada perdida.
–Dices que me fui y no volví y que luego aparecí ebria ¿No había nadie conmigo? –pregunté fijando mi mirada preocupada y asustada en la suya lo cual hizo que él copiara mi expresión.
–Sasha ¿Qué sucede? –preguntó Matt preocupado poniéndose de pie.
–¡Contesta Matt! –dije impaciente–, ¿Nadie más estaba conmigo?
–No no, el chico de la barra me dijo que te sentaste sola y bebiste sola, un trago tras otro y que en menos de 30 minutos ya te costaba mantenerte de pie.
Algo no concordaba con la historia, Dave, Matt golpeado, todo había sido muy real. Tal vez realmente había sido un sueño.
–Dijiste que olía a Vodka y yo odio el Vodka... –pensé en voz alta.
No podía ser real. Miré a Matt y acaricié su cara buscando alguna cicatriz pero no tenía ni un rasguño.
–Ebrio uno no le hace asco a nada –rió, pero yo mantenía mi mirada perdida, por lo cual el dejó de reir–. ¿Qué sucede? Me estas preocupando –dijo Matt poniendo su mano en mi mejilla.
Me puse nerviosa y comencé a caminar buscando alguna imagen en mi cabeza pero eran imágenes borrosas y en todas estaban Dave y el rostro de Matt lastimado.
<<Tranquila. Todo fue un sueño, el alcohol te pegó una mala jugada>> me repetí a mí misma.
–¡SASHA! –gritó Matt sacándome de mis pensamientos.
Moví mi cabeza intentando borrar las imágenes de mi cabeza y comencé a buscar ropa en mi armario.
–Lo siento, es la resaca, anda vamos, llegaremos mañana a la escuela –dije empujándolo fuera del cuarto, pero no me permitió cerrar la puerta.
–Sasha la escuela terminó, son vacaciones –dijo Matt con un mirada profunda intentando analizarme.
–Que tonta –intenté zafar y reí–, es que como dijiste que sabían que me quedaría dormida...
–Sí, son las dos la tarde y tienes entrenamiento, pero el entrenamiento puede esperar –dijo firme entrando nuevamente a mi habitación–, me preocupas, no sé qué te sucede.